Luis Carlo
lfcarlo@telconet.net
Creo que todos los filatelistas tenemos períodos de intermitencia en
nuestra afición. En mi caso fue durante la Universidad y en mis primeros años
de matrimonio. Ya con familia formada y ejerciendo profesión entonces estaba
listo para retomar mi colección en donde me había quedado.
Lo primero que hice fue ponerme al día con el Club Filatélico Guayaquil,
visitar a los comerciantes activos de Guayaquil. Aún estaba con vida Justo
Campaña y también Efrén Cherrez. En esa etapa conocí a Elvis Vélez que me consiguió
muy buen material para mi colección.
Pero pasado un tiempo parece que ya se habían cumplido algunas metas,
particularmente en el plano de conocimiento filatélico. El CFG había dejado de sacar sus publicaciones
“Guayaquil Filatélico” (1982) y “Ecuador
Filatélico” (1984). Recordé entonces que en Quito había otro club
y que continuaba publicando su revista llamada “El Coleccionista Ecuatoriano”. Decidí entonces hacerme socio de la
Asociación Filatélica Ecuatoriana.
Les escribí, me respondieron, llené la solicitud en la que previamente
me recomendaba para mi afiliación un Sr. Guillermo Peña, que no conocía. Con fecha 13 de agosto de 1.990 emitieron un
recibo por mi cuota de inscripción y cuota anual asignándome el número de socio
241.
Posteriormente recibiría mi primer número de El Coleccionista
Ecuatoriano, y cada mes recibía un listado titulado AFE Remate No. XX. El
listado tenía varias columnas: Lote No, Estado, año de emisión, motivo y notas,
Ref. Banco Central, Yvert, precio base en sucres. Esto fue nuevo para mí. No
conocía de esta importante actividad, que a lo largo de estos 30 años he podido
ser testigo que se ha realizado casi sin
interrupción (al menos eso creo). Me di
cuenta que habían dos subastas especiales en agosto y diciembre con muy buen
material.
Mi única experiencia en una subasta había sido en el CFG hacía muchos
años. No fue una buena experiencia, pues en aquella ocasión Carlos Wong se
llevó absolutamente todos los lotes. No me quedaron ganas de volver a
participar en una subasta.
El número de diciembre de 1989 de El Coleccionista Ecuatoriano, que se distribuyó en 1990, con cartas como la que consta a la izquierda, dirigida al autor de esta nota |
Como socio les escribí a la AFE y les mandé una mancolista de mis
necesidades. Me respondió Guillermo Peña
quién además me llamó por teléfono y me dio la suficiente confianza para que
participara en las subastas, que envíe mis ofertas por escrito y que él se
encargaría de presentarlas en mi representación. Si ganaba algo, él me
comunicaba, yo le enviaba el pago correspondiente, y luego él me enviaría por
TAME los lotes ganados. Proceso que se repitió por muchos años. Gracias a esta
llamada telefónica pude conseguir excelente material para mi colección, a muy
buen precio. Cómo cambió mi colección con esa llamada telefónica de Guillermo.
También en esa época me ayudaban con mis ofertas Maruja de Chiriboga y Rodrigo
Páez. A Rodrigo lo conocí en una de mis visitas a Quito, a Doña Maruja no la
conocí aunque la traté muchas veces por teléfono.
Al año siguiente (1.991) fui invitado a colaborar con la sede social de la AFE. Lo que hice gustoso.
Luego vendría la invitación para participar en una exposición filatélica
nacional, para lo cual tuve que desempolvarme pues no había expuesto desde mi
época de filatelista juvenil. Luego
vendrían invitaciones para participar en exposiciones internacionales, las
primeras en las que participé. Sin
importar los premios, a mí me interesaba la participación, y que gracias a
Guillermo que tenía la gentileza de invitarme, de inscribirme, y de llevar o
lograr que alguien lleve mi colección.
En alguna ocasión durante un viaje familiar aproveché para conocer el
almacén del Dr. Georg Maier, en donde tuve la oportunidad de conocer a Olivier
Bertossa. Poco tiempo después se dio su prematura partida. Nos dejó ese gran
catálogo especializado que todos usamos con frecuencia.
Los años pasaron, y era hora que la nueva generación de AFE tome la
posta. El primero en contactarme fue Pablo Pérez, quien en un viaje a Guayaquil
aprovechó para conocerme en persona.
En una exposición filatélica en Quito
conocí al nuevo presidente de AFE, Teddy Suárez. Aquí pude darme cuenta
que la nueva generación de AFE tenía lindas y muy completas colecciones. Tuve
la oportunidad de conocer a algunos de ellos durante la Exfigua 2016, Paul
Novoa, Diego Vásconez y Jaime Garzón. Con Jaime había tenido contacto previo pues
le compré su gran obra: El Album de sellos de Ecuador, que ahora utilizo como
una extensión del Catálogo del Banco Central.
En alguna ocasión me visitaron en mi trabajo Hernán Olgiesser, quien
vino a conocer mi colección de errores y variedades de Ecuador. Más adelante me
visitaría y conocería a Guillermo Estrella.
Luego conocería a Juan Pablo Aguilar, y el gran trabajo que realiza en
su blog Actualidad Filatélica. Solicité
ingresar al Grupo de Estudio Ecuador y recibí el gran honor de ser aceptado. Juan
Pablo tuvo la gentileza de publicar mis primeros artículos filatélicos. En una visita que hizo a Guayaquil pude
conocer a Miguel Naranjo. Quien vino a
conocer la colección de autos antiguos de mi papá. No se pudo concretar conocer
a Oswaldo Navas, pero en algún momento se dará.
Hace pocos días Oswaldo y Janira Mármol aceptaron gentilmente publicar
un resumen de mi artículo referido a la calle Mendiburu en la columna de diario
El Comercio: El Rincón del Filatelista.
La AFE llega en este mes a sus 85 años de existencia con la
particularidad de tener a su primera Presidenta, Janira Mármol.
El ingreso al local de la Asociación Filatélica Ecuatoriana y una dispersión en 2011 |
Estos 30 años en AFE han sido una buena experiencia en mi vida. He sido
testigo de grandes cambios. Las comunicaciones y la forma de llevar las
subastas son un ejemplo de estos cambios. Primero recibía el listado de la
subasta por correo, unas veces franqueada en forma mecánica (lo que no me
gustaba, pues prefería la estampilla para mi colección). Luego nos pasamos al envío por fax, con lo que
las estampilla desparecieron del todo. La recepción del material siempre fue
por TAME, nunca por correo. Luego y en forma mas reciente pasamos a Servientrega. En algún momento se
empezaron a incluir imágenes en blanco y negro en el listado, y para los remates
especiales se empezaron a incluir imágenes a color impresas. Eso fue un gran
avance. Mientras Elvis Vélez en el CFG incluyó el envío por CD de imágenes
escaneadas. La AFE nunca adoptó esta
modalidad. Pero cuando ya llegó el correo electrónico y después que Ebay
irrumpió en el panorama filatélico las imágenes jpg del material a subastar y
el envío por Email ha sido la norma hasta la presente fecha. En el caso de las
estampillas una imagen habla poderosamente mucho más que la mejor y más
detallada descripción en palabras.
En este año y obligado por la circunstancias que impiden las subastas
presenciales, AFE inició la modalidad de subastas online a través de la plataforma zoom. Por primera
vez en mi vida pude estar en una subasta AFE. Había visto fotos, y me di cuenta
que durante las subastas se brinda con vino. Se notaba que el ambiente era
bueno y de camaradería. Que gran
experiencia fue esa tarde. En primer lugar el martillador Miguel Naranjo, fue
un espectáculo aparte, con gran entusiasmo y dando muestra de su gran
conocimiento en una forma vertiginosa e incansable durante 3 horas y media
llevó a cabo el arbitraje de las pujas. Tremendo trabajo del martillador, ni me
lo imaginaba que así podía ser. Y las pujas que se dieron ese día fueron un
espectáculo, el particular “Voy, voy, voy”, para indicar que iba por el
siguiente valor en la puja. Vaya que ese
día hubo records. El lote mejor vendido en toda la historia de las subastas, y
además la subasta con mayor venta de toda la historia. Inolvidable esa tarde que considero mi primera
verdadera experiencia en vivo en una subasta. Ojalá que cuando este problema
acabe estas continúen para quienes por diversos motivos no podemos viajar a
Quito podamos estar presente aunque sea de una manera virtual. Tres horas y media dura una subasta, no tenía
ni la más mínima idea de que esto pasaba cada mes.
Este es más o menos un resumen de mis actividades en la AFE durante
estos primeros 30 años. Lo mejor de todo es que mi lista de amigos aumentó en
esta gran asociación con la que compartimos fecha de aniversario y nacimiento.
Muchas gracias AFE, gracias también a
todos quienes han hecho y siguen haciendo de ésta la gran institución filatélica que es. Y sobre
todo a Guillermo Peña, quien una tarde me llamó por teléfono y me dio la
suficiente confianza para que mi colección diera un paso muy importante durante
todos estos años.
También es un gusto para todos nosotros tenerte como amigo y socio. Un fuerte abrazo Luis.
ResponderEliminarPablo
Gracias Pablo. Igualmente
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