Juan Pablo Aguilar Andrade
actualidadfilatelica@gmail.com
Al
expedirse el presupuesto general del Estado para 1954 (Registro Oficial 392, 17
de diciembre de 1953), se autorizó al Presidente de la República crear un
timbre postal adicional de turismo, para gastos de propaganda y fomento
turístico. El Presidente cumplió el encargo legislativo al empezar el año 1954
y dispuso que se aplique un timbre de diez centavos “en todas las comunicaciones
postales del país” (Registro Oficial 428, 30
de enero de 1954) y que, hasta contar con el timbre definitivo, del que se
mandaba imprimir diez millones de ejemplares, se sobrecargue primero el timbre
consular de veinticinco centavos y luego las especies que fueren necesarias.
Conforme
el mandato presidencial, se sobrecargaron trescientos mil timbres consulares
azules de veinticinco centavos (El Filatelista Guayaquileño, No. 17,
junio-agosto de 1954, p. 15). Olivier Bertossa, en su catálogo especializado,
habla de diez millones de ejemplares, pero se trata sin duda de una confusión
con la cantidad ordenada para el sello definitivo.
Los cinco timbres turísticos, cuatro provisionales y un definitivo, usados entre 1954 y 1958 |
Al
agotarse este primer resello se utilizaron tres timbres más como
provisionales: un millón de timbres judiciales de color carmín de diez
centavos, un millón de timbres telegráficos de color café de treinta centavos
(El Filatelista Guayaquileño, No. 17, junio-agosto de 1954, p. 15) y,
finalmente, timbres fiscales de cincuenta centavos color bermellón.
La
prensa filatélica de la época hizo notar cómo la creación de la nueva sobretasa
distorsionaba las tarifas postales entonces vigentes, pues una carta para el
interior de la República por correo aéreo debía pagar ochenta centavos, a los
que había que sumar el timbre escolar y el turístico, lo que daba un total de
un sucre con diez centavos. La misma carta, dirigida a un país del continente
americano, costaba noventa centavos (El Filatelista Guayaquileño, No. 17,
junio-agosto de 1954, p. 15).
La
estampilla definitiva, impresa en el Instituto de Grabado de París, entró en
circulación el 30 de diciembre de 1954 (El
Filatelista Guayaquileño, No. 18, junio de 1955, p. 11).
El timbre turístico fue, juneto con el escolar, el últio de sobretasa que se utilizó en el Ecuador. El 21 de marzo de 1958 se publicó en el Registro Oficial 468 el
Decreto Ley de Emergencia 13, en cuyo artículo 18 se disponía la eliminación de
las sobretasas y la consolidación del valor de las mismas en el porte de
correos.
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