Juan Pablo Aguilar Andrade
actualidadfilatelica@gmail.com
Frecuentemente se topan los filatelistas
con los sellos de la emisión “Primero la Patria”, que consistió en el resello
hecho en 1947 sobre los valores de cincuenta centavos, uno y dos sucres, de la
serie para correo aéreo conmemorativa de la Constitución de los EEUU (Scott
C61-C63, Banco Central 722-724, Bertossa 439-441), y de las tres
estampillas de treinta centavos cada una, de la serie oficial con la imagen del
edificio de correos (Scott O202-O204, Banco Central 991-993, Bertossa
O207-O209).
En las estampillas de la serie aérea, el
resello azul consiste en la frase “Primero la Patria!”, colocada
debajo del dibujo de un avión en vuelo. En las oficiales el resello es del
mismo color, pero se agrega la palabra “AÉREO” entre el dibujo y la frase y,
debajo de esta última, constan las palabras “Servicio Interno”; existen
también, en el caso de las estampillas oficiales, resellos de color rojo.
El sobre despachado con las tres estampillas reselladas con la leyenda "Primero la Patria". Al costado izquierdo, la firma de Mariano Suárez Veintimilla |
Entre
los textos ecuatorianos de referencia, la emisión “Primero la Patria” es
ignorada por el de Giovanni Cataldi y por el Álbum del Banco Central. Bertossa
la cataloga, pero mientras en el caso de los sobresellos sobre las estampillas
conmemorativas de la constitución norteamericana (664-666), los incluye en la
numeración general e indica que se trata de una emisión ordenada por el
presidente provisional Mariano Suárez Veintimilla, que circuló por menos de un
mes y después fue retirada, al catalogar los resellos en las estampillas
oficiales (O.X-O.XII) utiliza una numeración especial y se refiere a éstas como
no emitidas; en su catálogo especializado, Bertossa habla de sellos no emitidos
ni reconocidos.
¿Se
trató o no de una emisión oficial?
El 24
de agosto de 1947, tras el golpe de estado que un día antes había derrocado al
presidente constitucional José María Velasco Ibarra, el coronel Carlos Mancheno
Cajas se proclamó dictador, pero la reacción de la fracción constitucionalista
del ejército impidió que se mantenga en el poder. Tras su derrota en
la escaramuza de El Socavón, Mancheno fue reemplazado por el Vicepresidente de
la República, Mariano Suárez Veintimilla, quien pocos días después, como había
convenido con los militares, renunció ante el Congreso y dio paso al
interinazgo de Carlos Julio Arosemena Tola, que asumió la presidencia el 17 de
septiembre de 1947.
A la izquierda, el coronel Carlos Mancheno; a la derecha, el Presidente Interino Mariano Suárez Veintimilla |
Cinco
días después del golpe de estado (29 de agosto), uno de los fundadores de la
Asociación Filatélica Ecuatoriana, César Herrera Conde, preparó los resellos en
forma privada y despachó cartas franqueadas con las estampillas al día
siguiente (30 de agosto).
El
apoyo al régimen constitucional, representado por el vicepresidente Suárez
Veintimilla, fue el argumento que se utilizó para justificar este trabajo. Para
ello, en cada sobre se incluyó el siguiente manifiesto impreso en defensa de la
Constitución:
COMPATRIOTAS
Y AMIGOS:
Estamos empeñados en una lucha titánica por
la restauración del régimen constitucional en nuestra querida patria.
Necesitamos la cooperación de todos y cada uno de los ecuatorianos de dentro y
fuera del país. La hora es álgida! El Porvenir es incierto! Solo la unión, sin
distinciones de ideología, puede salvar del caos a nuestro Ecuador. No es
posible que, por la ambición desenfrenada de un hombre, perdamos el magnífico
sitial que ha logrado alcanzar nuestra Delegación en la Conferencia de Cancilleres
de Río de Janeiro. No es justo que perdamos la oportunidad de que se revisen
los “tratados injustos” en tierras de América.
La conciencia y la dignidad nacional nos
exige que reconozcamos como único, legítimo y legal gobernante del Ecuador al
Excelentísimo Sr. Dr. Mariano Suárez Veintimilla, patriota que ha dado pruebas
de serenidad, talento y valor en los momentos más difíciles. El minuto nacional
es de sacrificio! Recordemos que sobre todo debe estar “PRIMERO LA PATRIA”.
Si usted es patriota, haga circular esta
hoja.
Quito,
Agosto 30 de 1947
Nota: De serle posible devuelva el sobre
que encierra esta circular.
Las estampillas con el resello "Primero la Patria", autorizadas por el Presidente Mariano Suárez Veintimilla |
Sin
duda el envío de las cartas contó con la aprobación de Mariano Suárez
Veintimilla; no de otra forma se explica que se haya utilizado para el franqueo
sobres oficiales, con el membrete de la Presidencia de la República y que, en
algunos de ellos, conste la firma del Vicepresidente.
La
crisis política, las relaciones de Herrera en el servicio postal o incluso el
compromiso de los empleados de éste con el régimen constitucional, pueden ser
la causa que explique la aceptación por el Correo ecuatoriano, y su despacho a
destino, de
cartas franqueadas con estampillas que no tenían, al menos no el 30 de agosto
de 1947, carácter oficial.
Y digo
que las estampillas todavía no tenían el carácter de oficiales, porque a poco
de asumir la Presidencia de la República, una vez repuesto el orden
constitucional tras el combate de El Socavón, Mariano Suárez Veintimilla
expidió, el 11 de septiembre de 1947, el Decreto Ejecutivo número 49, con el
que oficializó la emisión privada del 29 de agosto.
El resello "Primero la Patria" y su autor, César Herrera |
El
Decreto, sin embargo, no se refiere a todas las estampillas con el resello
“Primero la Patria”, pues excluyó las de servicio oficial y se refirió
exclusivamente a las conmemorativas de la Constitución norteamericana.
La reacción
no se hizo esperar. La Asociación Filatélica Ecuatoriana y el Centro Filatélico
y Numismático de Guayaquil protestaron por el hecho y, ya sea por esto, o por
las circunstancias que vivía la República y el fugaz gobierno del presidente
Suárez, el decreto del 11 de septiembre no fue promulgado en el Registro
Oficial y, por ende, no entró en vigencia.
La
protesta, sin embargo, llevó a las autoridades a adoptar una medida que logró
todo lo contrario de lo que pretendía: convertir a las estampillas de factura
privada en emisión autorizada, al menos durante un período de tiempo.
En
efecto, una vez que Carlos Julio Arosemena Tola ocupó la Presidencia de la
República en reemplazo de Mariano Suárez Veintimilla, expidió un nuevo Decreto
Ejecutivo, el número 135, éste sí publicado en el Registro Oficial el 23 de
octubre de 1947, que derogó el anterior y, al hacerlo, le dio
vida y reconoció que, al menos durante unos días, estuvo vigente y la emisión
postal en él autorizada tuvo carácter oficial.
Gracias
al Decreto derogatorio podemos conocer que se resellaron un total de mil
trescientas estampillas de cada valor; esa, al menos, es la cifra oficial, pues
en la medida en que la impresión del resello estuvo en manos privadas, bien
puede ser que el número de ejemplares sea mayor.
Las estampillas reselladas, con la inscripción adicional "Servicio Interno", que no tuvieron autorización oficial |
Las
anotaciones del catálogo Bertossa son, conforme lo dicho, completamente
acertadas, pese a que puedan parecer contradictorias por referirse a una misma
emisión. En efecto, el Decreto derogatorio deja en claro que las únicas
estampillas cuyo resello fue declarado válido por el presidente Suárez
Veintimilla fueron las aéreas, mientras que las oficiales nunca obtuvieron
autorización ni fueron convalidadas.
Podemos
afirmar entonces que, pese a su corta circulación y a los justificados
cuestionamientos que se les hizo, los resellos sobre las estampillas conmemorativas
de la Constitución norteamericana sí contaron con autorización oficial, lo que
no pasó con las estampillas de servicio oficial que reproducen el edificio de
los correos nacionales.
Las cosas, sin embargo, no quedaron ahí. La protesta de la Asociación
Filatélica Ecuatoriana llevó a que la entidad adopte medidas sobre el tema,
toda vez que consideraba que uno de sus socios fundadores estaba involucrado en
una especulación filatélica.
En sesión del 15 de septiembre de 1947, el Directorio de la Asociación
resolvió desconocer los sellos “Primero la Patria”, “porque esas estampillas
sobrecargadas, circularon entre personas privadas antes de emitirse el Decreto
del Presidente con fecha 11 de septiembre de este año. Además estos sellos no
siguieron el camino regular y no fueron entregados por el respectivo Ministerio
para la venta, ni por las Oficinas del Gobierno”.
Mes y medio después, el 1 de noviembre de 1947, se volvió a tratar el
tema en el Directorio. En esa oportunidad Carlos Seminario, Presidente de la
Asociación, pidió la expulsión de César Herrera, por considerar que había
actuado incorrectamente al realizar el resello de las estampillas que nos
ocupan. Copio la parte pertinente del acta, que contiene la intervención de Seminario:
… la actuación del Sr. César Herrera no puede en ningún momento
considerarse como ajustada a las normas de corrección que exige a sus miembros
la Asociación, y antes bien podía decirse con franqueza que era censurable al
extremo, pues, debía recordarse que el mencionado señor asistió a la sesión del
Directorio de fecha 15 de Setbre. de este año y en presencia de todos declaró
que él había hecho el sobrecargo con el lema en cuestión y luego puesto a la
venta las estampillas por patriotismo y por estar autorizado por el Presidente
Suárez Veintimilla, reconociendo con sus propias palabras que él ya se daba
cuenta y preveía que debía traerle consecuencias posteriores en su actuación,
pero que él había procedido así por estar el país en condiciones anormales
debido a la revolución, habiendo además manifestado a algunos socios que a él
no le importaba nada la opinión de la Asociación … los hechos desmentían las
afirmaciones del Sr. Herrera, pues no se había llegado a publicar en el
Registro Oficial, el Decreto del Sr. Dr. Mariano Suárez V. y que aún así, dicho
Decreto cuyo original se lo puede ver en el Ministerio correspondiente, en
ningún momento autorizaba al Sr. Herrera hacer personal y particularmente tal
sobrecargo, ni menos vender los timbres, pues si dicho decreto ratificaba el
permiso para el sobrecargo, este significaba que tal sobrecargo y la venta
debía hacerse por los organismos estatales y jamás por un particular, pues ni
siquiera mencionaba al Sr. Herrera y mientras tanto él había hecho la impresión
y había puesto a la venta, según su propia confesión, quién sabe cuantos
sellos. Todo lo que significaba en buenas palabras que el
Sr. Herrera se había atribuido facultades que solo correspondían al Estado y
que por ese hecho podía ser enjuiciado criminalmente. La prueba es … que el
mismo Gobierno ordenó que no se publique el Decreto del Dr. Suárez V. en el
Registro Oficial y luego dio otro Decreto que todos conocen, en el que se
declaró sin valor la autorización dada por el Dr. Suárez V. y los sellos
sobrecargados.
Uno de los sobres que aparece frecuentemente en el mercado filatélico. Tiene los sellos cancelados pero, evidentemente, no circuló |
El Directorio debatió la moción, y resolvió con cuatro votos expulsar a
César Herrera; se recibieron tres votos en contra y una abstención.
El expulsado se defendió argumentando que solo perseguía fines
patrióticos, pues el resello era un medio para sumar apoyos a la causa
constitucionalista. Puede ser que eso sea así, pero sin duda hubo también
afanes filatélicos, como puede verse con la nota al pie de la hoja incluida en
los sobres franqueados con los sellos “Primero la Patria”; pedir expresamente
que los sobres se devuelvan al remitente, muestra que había pretensiones que
iban más allá del apoyo a una causa política determinada.
No deja de llamar la atención que tanto los decretos, como las
referencias en las actas de la Asociación Filatélica Ecuatoriana, hablen exclusivamente dell resello en las estampillas conmemorativas de la Constitución
norteamericana y no al que se hizo en las de servicio oficial. ¿Será que estas
últimas fueron el resultado de un trabajo posterior?
En
todo caso, queda claro que únicamente el resello sobre las estampillas de
correo aéreo puede considerarse como oficial y autorizado, mientras que el que
se hizo en las estampillas de correo oficial carece por completo de valor.
Excelente artículo. Gracias por compartirlo.
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