Trébol rojo de Pontevedra. Pieza única conocida.
(Fuente: Colección Eugenio de Quesada)
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Vicepresidente de la Sociedad Filatélica de Madrid
De la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal
De la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal
Hay ocasiones en que el esfuerzo y la constancia en un estudio
en marcha (o, más bien, un fruto positivo de la neurosis obsesiva que
caracteriza a no pocos filatelistas), obtienen su recompensa. Encontrar un
trébol de cuatro hojas es lo que me ocurrió cuando, hace años, emprendí, en el
Ágora de Filatelia una primera catalogación de tipos, colores y variaciones del
fechador tipo Trébol de 1878. Trabajo que completé con el estudio sobre “El
Trébol y el Alfonsillo”, publicado en ‘Academus’, órgano
oficial de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal, y
materializado en la colección de cinco cuadros del mismo título, que obtuvo
medalla de Vermeil Grande en la Exposición Filatélica Nacional.
Una de las mayores satisfacciones que me dio este
estudio-colección, fue el privilegio de toparme con un hallazgo singular: el
único Trébol rojo del que se tiene noticia.
Procedencia: Archivo Monge
Varias acumulaciones, incluidas las procedentes del
Archivo Monge y de fondos de otros grandes comerciantes españoles, me
permitieron acceder a más de 12.000 ejemplares del Alfonsillo (25
céntimos azul grisáceo de la emisión de Alfonso XII de 1879), obliterados con
el Trébol… además de más de un millar de cartas. De hecho, el Trébol rojo
apareció en el Archivo Monge, que tras años oculto en el llamado Fondo Afinsa,
fue subastado en uno de los grandes lotes de conjunto rematados en la mítica
subasta de Filatelia Española de la sala Köhler, celebrada en Wienbaden
(Suiza).
Cuño original del fechador tipo Trébol de 1878. Imágenes de Alejandro Gracia.
(Fuente: Museo del Correo. Director: Evaristo Alfaro)
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Las cinco tintas
El estudio del Trébol sobre el Alfonsillo (en
que se aúnan dos de mis “debilidades”: el fechador de 1878 y el sello de 1879),
permitió revelar la existencia de cinco colores del Trébol, en función de las
tintas de estampación del matasellos. Como es sabido, el color del Trébol es,
generalmente, negro. Menos frecuentes son las estampaciones que se efectuaron
con tinta azul. Existe también, aunque es mucho menos habitual, el Trébol verde
(Chiclana, Fromista, Guadalcanal, Valencia de Alcántara, Vélez-Rubio...).
Siendo raras las estampaciones en violeta (Yecla, Jerez de los Caballeros...).
Y, claro está, el Trébol rojo, del que desde su descubrimiento hasta la fecha,
sólo se conoce un ejemplar (correspondiente a la Administración de Pontevedra).
Los cuatro tipos
El estudio-colección también permitió identificar cuatro
tipos de Trébol, que se dan en la mayoría de las grandes Administraciones de
Correos, correspondientes a las cuatro principales capitales de provincia.
Conclusión a la que, quizá por una transferencia a la Filatelia de la teoría
de los vasos comunicantes, llegamos a tiempo (aunque por diferentes
caminos) mi colega vicepresidente de la Sociedad Filatélica de Madrid y de la
Real Academia, Julio Peñas Artero, y un servidor. De hecho, en su excelente
libro “El baile de los matasellos”, publicado como Estudio nº
5 de Afinet, él sería el primero en recoger los cuatro tipos de Trébol
(establecidos en función del tamaño de las letras de la población y de que
éstas estén juntas o separadas) y los cuatro colores (o tintas) en que se
estampó este bellísimo y decimonónico matasellos. Incluido el Trébol rojo, que
tuve el placer de mostrarle en un agradable encuentro celebrado en el bar
inglés del Casino de Madrid, cuando preparaba su obra.
Origen del cuño
Como es sabido, el Trébol es un matasellos conocido con este nombre
porque la fecha va enmarcada en un trébol de cuatro hojas. El mayor tratadista
vivo de la Filatelia Española, el Dr. Oswald Schier, afirma que el prototipo
del fechador se fabricó en Suiza en 1878, estando formado por un conjunto de
piezas móviles.
Composición y funcionamiento
Pese a las aportaciones de grandes conocedores del
funcionamiento del Correo, como el también colega de la Real Academia Juan
Manuel Cerrato, el mecanismo exacto del cuño es todavía un misterio. Hablando
en el terreno de las hipótesis, el fechador se componía de diversas piezas
móviles, pudiendo asemejarse a una pequeña caja tipográfica circular, en la que
se ajustaban los diversos elementos que conforman el cuño: la población, tipos
sueltos de las dos cifras del día y las dos finales del año, las tres primeras
letras del mes, el círculo exterior y los cuatro semicírculos unidos en forma
de trébol, que hacen de este un matasellos tan característico.
Un centenar de variaciones
Los diversos elementos del Trébol, presumiblemente, se
fijaban mediante presión. De ahí las numerosas variedades de estampación a que
dio lugar (que en el estudio sobre el Trébol y el Alfonsillo, publicado
en ‘Academvs’, se cifra en más de un centenar
variaciones-tipo), estando el cuño fabricado en acero (lo que explica su escaso
desgaste), y habiéndose renovado cuando era solicitada su reposición por las
administraciones del Correo con mayor volumen de correspondencia. De ahí la
existencia de varios tipos diferentes, que llegan hasta seis si incluimos el
resto de administraciones.
El Trébol sobre el Alfonsillo
Como es sabido, el
Trébol se implantó en España en enero de 1878 (casi 16 meses antes que se
emitiera el Alfonsillo, puesto en circulación el 1º de mayo de
1879), y tenía un diámetro de 26 milímetros. En el círculo exterior de las
capitales de provincia y grandes poblaciones se lee el nombre, para las
Administraciones Principales, seguidas con su número correspondiente por orden
alfabético (excepto Madrid).
Joya del último fechador clásico
El Trébol es, sin duda, nuestro último fechador clásico.
Buena prueba de ello es el motivo elegido, que se inspira en la primera marca
postal del periodo filatélico usada como matasellos: la Araña, cuya composición
recrea, pero excluyendo las cuatro puntas de flecha. Además, marca la frontera
entre los fechadores aplicados en la etapa de nuestra Historia Postal que
abarca las emisiones de sellos clásicos españoles (desde la monarca Isabel II
al primer rey constitucional Alfonso XII). Tras su creación en 1878, el
fechador que marcaría el inicio de la marcofilia moderna sería
el Puente de 1882. Y la principal joya de este fascinante fechador es, sin
duda, el Trébol rojo, pieza única conocida y una suerte de trébol de cuatro
hojas de nuestro último fechador clásico.
BIBLIOGRAFÍA
DE QUESADA, Eugenio: “El
Trébol y el Alfonsillo. Estudio y Catalogación de variedades del fechador tipo
Trébol de 1878 sobre el 25 céntimos azul grisáceo de Alfonso XII de 1879”.
En ‘Academvs’, núm. 17 (noviembre 2013), pp. 51 y siguientes. Ed.
Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal. Madrid, 2013.
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