domingo, 29 de marzo de 2020

PLÁCIDO RAMÓN DE TORRES Y SUS FALSOS DE CUBA (IV)


Gerhard Lang-Varlchs

Las emisiones del 1866 y 1867

Imagen 18.- Emisión de 1866

Imagen 19.- Emisión de 1867

Las emisiones de 1866 no nos presentan un sello rediseñado, sino el mismo, solamente con un cambio de la inscripción del valor, ahora en céntimos (imagen 18). El año, por supuesto, también se cambia. La diferencia entre las dos versiones estriba en que la primera está todavía sin dentar, procedimiento que se empezó a utilizar en España ya en 1865.


Figura 20.- Falsos Torres, 1866 lila en lugar de verde

Las figuras 20-22 parecen representar dos tipos diferentes. Son a primera vista bastante distintos. Lo que causa esta impresión es la llamativa y rara expresión facial de la reina, netamente diferente en uno de los últimos dos ejemplares donde la reina adquiere cierto aire de boba. Este tipo está limitado a la emisión del 1864. En las más tardías aparece la reina con un rictus más normal.

Figura 21.- Genuinos 1866 y 1867

Sin embargo, las apariencias engañan. Tan sólo un ligero retoque, añadiendo dos líneas a la boca de la reina en este tipo, cambia su perfil y la impresión totalmente y empieza a dejarnos ver el parecido y el origen común de ambas variantes. La estructura básica del diseño de ambos tipos es idéntica, siendo la versión más “fea” la anterior que luego fue ligeramente retocada, tanto en cuanto al busto de la reina como a los adornos. 

Figura 22.- Bogus sample, izquierda, y broma (2RƧ en vez de 2Rs), derecha

El resto del diseño, que no se tocó apenas, revela con suficiente claridad el origen común de ambos sellos. Lo más llamativo es la doble perla que se ve en la parte superior derecha del adorno lateral derecho segundo. La posición de las demás perlas de los dos adornos laterales pegadas al círculo interior, así como el de los adornos de las esquinas, así como su conexión con la (doble) línea zigzagueante. El retoque ha dotado algunas de ellas con un puntito de sombreado. Coinciden ambos falsos en una línea curva reforzada en la parte exterior izquierda del adorno de la esquina superior derecha entre el cartucho de la inscripción y el marco superior, que no existe en el original tampoco. Algunas de las puntas de las estrellas de los adornos de las esquinas no tocan el círculo circundante y sus terminaciones o roturas son idénticas en ambos tipos.

Figura 23.- falso Torres España,
matasellos “KuK Zeitungsexpedition”
Por si quedara alguna duda, las medidas idénticas de ambos tipos son una evidencia irrefutable de su origen común. Con 23 x 19,25 mm, destacan ya a primera vista tanto entre los originales como sus hermanos falsos de Spiro.

Para confirmar la autoría de Torres de los últimos grupos de falsos analizados, podemos recurrir a otro matasellos que, en este caso, hace las veces del “CORREOS”. Estamos ante otra obra de Torres que es no menos imaginativa y fantástica que el arriba usado: el matasellos [K. u. K. ZEITUNGSEXPEDITION]. Esta cancelación, realmente tan sólo apta para sellos de periódicos austríacos, aparece también fuera de este restringido ámbito de “legítima” aplicación sobre ejemplares que, por otras razones u otros matasellos, han sido identificados como obra de Torres. Así que nos facilita el trabajo de detección y atribución no sólo de estos, sino también de otros falsos de otros países que, sorprendentemente, también llevan esta cancelación. Los ejemplares presentados, falsos de la misma serie de la metrópoli, muestran las mismas particularidades, típicas para nuestros falsos.

Torres, juguetón y bromista

Los sellos cubanos falsificados de 1864 nunca existieron como auténticos, y son, por esto, un poco difíciles de clasificar. Lo raro es que del único valor que existía de verdad, el ¼ de Real, no parece existir ninguna falsificación. Sin duda, los falsos no salieron del taller de Torres por equivocación, como pudo ser el caso de sus “hermanos” del 1862. No están reseñados en su Álbum.

El atento lector ya se habrá percatado de que también en las versiones retocadas y mejoradas del 1866/67 arriba presentadas nos topamos con una de las “bromas” de Torres que va más allá de lo ya descrito. Por un lado, el ejemplar de 20cmos de 1866 nos enseña el “equivocado” color lila de su compañero de 5cms. Por otro lado, fiel a lo que nos tiene acostumbrado, nuestro falsificador invierte en el valor del 2 reales rojo la “S”, así que nos quedamos con “2RƧ”.   

Esta última foto nos muestra un falso hasta ahora desconocido o, al menos, no documentado. Al ser una litografía queda claro su condición de imitación. Los detalles de la cara, especialmente la boca, lo diferencian de otros falsos. Mi sospecha es de que se trata de otra obra de Torres, ya que se detecta sin mayor dificultad una “broma”, cosa típica de él. Acabamos de comentar otra “broma” muy parecida a esta. Ahora, en la abreviación del valor [CMOS], es la “O” que se convierte en “8” y se lee “CM8S”. Atribuirle la autoría también de este sello a Torres no me parece atrevido, si tenemos en cuenta la multitud de sus diferentes imitaciones que encontramos entre los falsos de Filipinas. 

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