Heinz Junge
Conocí a Martín siendo ambos jóvenes. Él
ingresó a la Sociedad Filatélica de Chile en 1978, una vez cerrado el Círculo
Filatélico de Ñuñoa, del cual él había sido su Presidente. Martín, hijo en una
familia numerosa de Los Ángeles, había estudiado Leyes en la Universidad de
Chile y con el tiempo se especializó en Derecho Laboral. Como abogado estuvo
ligado durante muchos años a la Caja de Compensación Los Andes, en donde
ejercía como Fiscal.
Pero más bien me quiero centrar en
Martín como filatelista. Una vez miembro de la Sociedad Filatélica, este joven
abogado destacó en la vida societaria como diligente participante de las
diversas actividades. Así en julio de 1984 Martín ingresó al Directorio.
Contribuyó desde entonces en forma ininterrumpida por estos últimos 40 años
como conocedor y consejero en materias legales, siendo reelecto casi siempre con
la más alta mayoría de votos. Esto es un testimonio indeleble de que fue
percibido como alguien cercano a los socios, jovial, gentil, con opiniones
ponderadas, principalmente respecto de los mejores intereses de nuestra
Institución, lo cual me consta era su motivación principal.
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Martín Urrutia Muñoz Fotografía de Carlos Vergara (4 de julio de 2024) |
Martín, ávido lector de diversas
materias y con extraordinaria memoria para retener nombres de personajes,
hechos y su contexto, pero por sobre todo interesado en la historia e
institucionalidad de Chile, fue formando una prodigiosa biblioteca, de la cual
se nutría en conocimientos. Así participaba permanentemente con relatos y en
conversaciones de toda índole, generando variados y ricos debates.
En cuanto a sus preferencias en lo
filatélico, se centró inicialmente en la historia postal de Chile, así como en
los países nórdicos, Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca y otros, también en
Suiza y Gran Bretaña. Más tarde se aventuró en coleccionar sellos y cartas de
un sinfín de otros países. Solo a modo ilustrativo recuerdo su colección de los
llamados Cabezones y la de los Ruleteados, con bellos matasellos de muchísimas
pequeñas localidades de fines del siglo XIX, época en que el Correo en Chile
proveía la más efectiva y económica forma de comunicación, tanto interpersonal
como comercial.
Destacado participante en la gestión de
actividades, como mencionaba al comienzo, mereció hace años ser reconocido como
Socio Honorario de la Institución. Detallar todas sus participaciones en
charlas, almuerzos, exposiciones, dispersiones y otras, todas sin duda
importantes, sería largo. Deseo sin embargo hacer en este momento una especial
mención a su mesura y tesón, con los que dirigió nuestra actividad en el
difícil tiempo de pandemia, en el que debió asumir la presidencia, lo que hizo
con determinación y templanza, logrando que la Sociedad pudiese sobrellevar
esos escollos con pleno éxito. Martín, hombre culto y erudito, tenía claro,
entre tantos, el concepto de “cruzar el Rubicón”. Él lo hizo, saliendo airoso
tras ese gran desafío.
Lo apreciamos en vida, lo recordaremos en
adelante con gratitud como un actor relevante en esta nuestra Sociedad
Filatélica de Chile. Ayer ha cruzado no el Rubicón, sino la última puerta,
aquella que le ha dado el paso a la que deseamos sea su paz eterna. Martín,
querido amigo, la tienes merecida. Así sea.
Palabras pronunciadas en el sepelio de Martín Urrutia, el 17 de septiembre
de 2024, en la parroquia de la Natividad del Señor, en Ñuñoa