martes, 15 de junio de 2021

DOCUMENTOS: EL PRIMER VUELO LIMA-GUAYAQUIL (III)

ANTERIOR

Para continuar con la publicación de la crónica que apareció en diario El Universo, de Guayaquil,
publicamos la nota periodística del 18 de julio de 1928, en la que se hace referencia
al vuelo de regreso de Guayaquil a Lima.

MR. WOOLMAN SIGUE HOY A QUITO Y DAN TOBIN PARTIÓ AYER A LIMA

SOLAMENTE UN REDACTOR DE ESTE DIARIO Y OTRO DE "EL TELÉGRAFO" FUERON A DESPEDIRLO AL AERÓDROMO

A las 7:15 a.m. de ayer emprendió viaje de regreso a Lima, piloteando el avión Keystone 50, "LA LLAMA MÁGICA", de la Huff Daland Duster Inc., el piloto aviador canadiense Dan Edward Tobin, el cual en el mismo avión, trajo desde la ciudad de los Reyes a éste el principal puerto ecuatoriano, a los señores C.E. Woolmand y R.S. Webber.

Bajo la experta dirección del piloto la glacil (sic) navecilla aérea se elevó a la hora indicada sobre el Campo de Aviación de EL CÓNDOR, perdiéndose en dirección sur, a los pocos minutos, y después de haber hecho atrevidos virajes de los cuales aprovechaba el aviador para despedirse de los periodistas que lo acompañaron al aeródromo y de los pocos alumnos de la escuela de Aviación que a hora tan temprana se hallaban allí.

Despedida de Dan Tobin, publicada en la primera página de El Universo, el 18 de julio de 1928

ANUNCIO OFICIAL DE LA SALIDA

Desde la víspera, como podrá verse por las relaciones de los diarios de ayer, se tenía conocimiento de que el aviador emprendería el viaje de vuelta a las seis de la mañana, lo que se había anunciado para que se pudiera preparar la correspondencia especial que deseare enviar el público y para que las personas a quienes correspondía atender al viajero, hicieran acto de presencia al momento de su salida.

EN EL TÍVOLI

A las seis de la mañana, luego de haber esperado por algún tiempo la llegada de algún representante de la administración militar que lo acompañara en sus preparativos y en su viaje al aeródromo, fuera en la lancha de la Zona, en la de la Capitanía, o en alguno de los remolcadores de la Aduana; el aviador se vio precisado a emprender la marcha por su cuenta y riesgo. Antes, averiguó a algunos cargadores que se le ofrecieron para portar el crecido equipaje que, inclusive la valija y los paquetes de diarios locales, llevaba, acerca de si se había dispuesto algo para facilitarle el traslado a la vecina parroquia; pero solo obtuvo nugatorias respuestas.

DOS COMPAÑEROS DE OCASIÓN

En el hall del hotel, el señor Tobin tropezó con los señores Adolfo H, Sinmonds, Redactor de "El Telégrafo" y Luis E. Martínez Morán, Redactor de EL UNIVERSO, quienes en representación de sus respectivos diarios iban a despedirlo y a solicitar de su gentileza la conducción de algunos paquetes de periódicos para nuestros colegas de la capital limeña. Impuestos los citados periodistas del contratiempo que por causas inexplicables afectaba al señor Tobin, se ofrecieron a hacerle compañía, hasta Eloy Alfaro, trasladándose en uno de los vapores de la Empresa Granja. Fue esta feliz coincidencia la que sirvió para que el señor Tobin pudiera emprender su viaje en la mañana aunque no a la misma hora que de antemano había fijado.

EN EL CÓNDOR

En este campo se encontraba solamente algunos alumnos de la Escuela de Aviación, entre los cuales conseguimos anotar a los siguientes: Gonzalo Altamirano, Jorge Enrique Suaste, Carlos Vaca, Humberto Troya, y otros; a los cuales hubo de dirigirse el aviador para sacar del hangar el aparato. Una vez hecho esto, lo inspeccionó por espacio de dos minutos más o menos montando enseguida para emprender el vuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario