sábado, 1 de abril de 2017

ENTEROS POSTALES, CIENTÍFICOS Y ERUPCIONES

Juan Pablo Aguilar Andrade

Dice Georg Maier que uno de los encantos de coleccionar tarjetas entero postales, es que se trata de piezas completas: en ellas, al elemento filatélico se juntan la historia postal y testimonios de vida de quienes las usaron (datos familiares, transacciones comerciales, sucesos históricos y cotidianos).

Sirva como ejemplo la pieza que aquí se presenta: una tarjeta Montoya de dos centavos, segunda emisión de 1884, enviada desde Ambato a Guayaquil. Lamentablemente, su valor filatélico se ve mermado por la falta de un cancelador de origen o de llegada, aunque la fecha que aparece en el mensaje (15 de agosto de 1886), la ubica en el grupo de cinco usos más tempranos de esta tarjeta.



Lo interesante es el contenido del mensaje, su autor y su destinatario. Fue escrita por Augusto Nicolás Martínez Holguín (1860-1946) en la quinta La Liria, propiedad familiar de los Martínez Holguín, en Ambato, y contiene un relato sobre la erupción del Tungurahua en 1886, para conocimiento de Teodoro Wolf (1841-1924).

Augusto Martínez asistió a las clases de geología de Teodoro Wolf en la Escuela Politécnica, donde también recibió clases de alemán del padre Luis Dressel. Realizó estudios en varias de las montañas del Ecuador, siendo él y el guía indígena Miguel Tul los primeros ecuatorianos que alcanzaron la cumbre del Chimborazo o, al menos, que documentaron el hecho. Ayudante del padre Menten en el Observatorio Astronómico de Quito, del que llegaría a ser Director. Publicó varios trabajos científicos, entre ellos una historia de la ciencia ecuatoriana que apareció en el Boletín del Observatorio Astronómico.

Augusto Nicolás Martínez, izquierda, y Teodoro Wolf, derecha

Teodoro Wolf fue uno de los jesuitas alemanes traídos por García Moreno para que se hicieran cargo de la Escuela Politécnica Nacional. El conflicto entre ciencia y religión le llevó a abandonar la orden en 1874, pero vivió en el Ecuador durante los veinte años siguientes, realizando investigaciones y trabajando como geólogo y geógrafo del Estado; en 1892 publicó la Geografía y Geología del Ecuador.


En la tarjeta que dirige a Wolf, Martínez describe las erupciones del Tungurahua de agosto de 1886. Arriba se reproduce el texto manuscrito, que transcribimos a continuación para facilitar su lectura:

La Liria agosto 15 de 1886.-

El Tungurahua ha estado en esta semana en increible actividad y supongo que los bramidos y detonaciones que no han cesado un punto, se habrán dejado oir allá como en otras ocasiones. En los momentos que se ha despejado el cono he podido observar que las emisiones de lava han sido insignificantes, por no decir nulas, y lo principal de las erupciones en los días pasados se reducía a eyectar cantidades fabulosas de vapores con proyectiles sólidos, cayendo ceniza en bastante cantidad en los lugares comarcanos del cerro. El martes 10 á la 1 A.M. cayó en esta quinta bastante, cosa de cubrir algunas superficies planas de una capa delgadísima de color negro y compuesta de polvo muy fino. Ceniza muy ácida cargada de H Cl.-

Dressel me encarga en una carta que me escribe recuerdos y saludos para Ud. Me ha mandado una publicación sobre el Pichincha hecha por él y me encarga la traducción para que se publique en un periódico del país.No conozco mucho quese diga el alemán pero sinembargo pienso consagrarme a este trabajo con esmero y aplicación, pues siempre es un contingente valioso pa. el conocimiento geológico del país.

Su atto. amigo ss.Augusto Martínez

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