Juan Pablo Aguilar Andrade
Las primeras tarjetas entero postales circularon en el Ecuador en febrero de 1884, una de dos y otra de tres centavos impresas en la imprenta La Novedad.
Siempre ha llamado la atención que pocos meses después (ahora sabemos que apenas en abril), sin que se hubiera agotado la primera emisión, se realizó una segunda, con tarjetas similares impresas por V. Montoya en una variedad de cartulinas, de calidad notoriamente inferior a la de La Novedad.
La clave parece estar en un reporte del corresponsal en Quito de Le Timbre Poste, que se publicó en el número 264 de la revista (diciembre de 1884), según el cual todo tendría su origen en la oportunidad de hacer negocio que se le presentó a un empleado del Ministerio de Hacienda.
Éste, según el relato, habría sido el propietario de una buena cantidad de cartulinas de diverso tipo, que no le reportaban ninguna utilidad, pero que gracias a sus contactos pudo vender al gobierno para que se hicieran más tarjetas entero postales similares a las que estaban en circulación, pero esta vez en la imprenta de Víctor Montoya, impresor que realizaba trabajos para el gobierno de entonces.
Copio el relato del corresponsal de Le Timbre Poste: un "“empleado al Ministerio de
Hacienda (quien si no!) topógrafo de profesión, tenía un stock de cartulina en
tres colores. Queriendo deshacerse de ellas, logró que el ministerio imprimiera
las tarjetas sobre su cartulina, que así vendió. En América del Sur, los
gobiernos no son serios, todo se hace en familia, salvando sin embargo las
apariencias”.
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