El autor del manual descalificó de entrada esta serie, pues consideró como indudable que se trataba de "una especulación con fines comerciales"; desde entonces, la sospecha se ha cernido sobre las
Guarandas: el catálogo Scott no las incluye hasta ahora y lo propio ocurre con el Stanley Gibbons; Yvert los cataloga con los números 46 a 52 e indica que se emplearon en la segunda quincena de julio; Munk dice que se trata de una serie sobre cuya autenticidad discuten los expertos y que salvo los resellos sobre los timbres de 1 y 4 centavos, los otros parecen ser falsos.
El catálogo de la AFE, de 1937, incluyó la serie
Guaranda sin ninguna indicación y sin poner en duda su autenticidad. Francisco J. Meneses, en su
Estudio sobre sellos postales y aéreos del Ecuador (
El Coleccionista Ecuatoriano, número 7, junio de 1937, p. 28), afirma la autenticidad de los sellos, pese a las dudas que se manifestaban sobre ellos; aunque no hay Decreto que los legalice, "efectivamente circularon", dice, y según afirma, desde mediados de julio y quizá hasta fines de agosto de 1895.
Meneses cuenta que "habiendo sido ocupada la plaza de Guaranda por las tropas liberales, parece que la sección de Tesorería encargada de la venta de sellos para franqueo, se la encontró sin una sola estampilla de este valor y precariamente, dada la circunstancia de la lucha encarnizada entre liberales y conservadores, el jefe de las fuerzas militares que ocupó la plaza de Guaranda, autorizó el resello para suplir el valor que faltaba".
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Carta enviada desde Guaranda a Latacunga, el 16 de julio de 1895 (colaboración de Paúl Novoa Vivero) |
Como puede verse, la versión de Meneses es ligeramente diferente a la del
Manual de Kohl, pero ha sido la que ha prevalecido, se repite coleccionista a coleccionista y se reproduce en textos posteriores. Sin ir más lejos, es la que aparece en el estudio de Robert D'Elia sobre las emisiones Seebeck (p. 175).
Vamos a ver que es necesario hacer algunas precisiones al relato pero, antes, conviene referirse a la autenticidad de la serie
Guaranda.
En la actualidad hay, sin duda, más argumentos a favor de que las estampillas se usaron efectivamente en el servicio postal, que argumentos en contra; para empezar, contamos con sobres franqueados con
guarandas, sin que haya motivo para dudar de su autenticidad.
D'Elia, que dice haber visto otra carta circulada, describe y reproduce un sobre, fechado en Guaranda el 16 de julio de 1895 y dirigido a Latacunga, con el resello puesto sobre un timbre de un sucre bermellón (p. 177). También describe (p. 175) un fragmento con el mismo timbre de un sucre, resellado, pero en color violeta, con matasellos de Guaranda del 1 de agosto de 1895.
Finalmente, hay un sobre, que aparece en la última emisión ecuatoriana dedicada al
Día Mundial de la Filatelia, dirigido a San José de Chimbo, con dos estampillas reselladas, una sobre el timbre de dos centavos naranja y otra sobre el timbre de cinco sucres violeta, ambas con matasellos de Guaranda, del 2 de agosto de 1895. El único problema de este sobre es la presencia de dos sellos, pues el franqueo interno no era de diez, sino de cinco centavos; ¿se trataba de una carta que superaba el peso mínimo de 10 gramos?
Todas estas piezas, incluso la última con su problema de tarifa, encajan en la historia que se ha contado sobre el origen de la emisión: están mataselladas en Guaranda durante la segunda quincena de julio o los primeros días de agosto de 1895. Su existencia permite comprobar el hecho de que las estampillas se usaron efectivamente en el correo y, sin duda, darnos la muestra de los que deberían tenerse como resellos auténticos.
Debemos mencionar también un fragmento con un matasellos ilegible, en el que lo único claro es el mes (diciembre); incluye tres estampillas de un centavo azul con resello
Guaranda. La pieza, que estuvo en la colección de Giovanni Cataldi, carece por lo pronto de explicación, pues no corresponde a las fechas de circulación y no se puede decir que el cancelador sea de Guaranda.
Veamos ahora cómo, si bien la historia que se ha contado no es precisa, lo que verdaderamente ocurrió permite confirmar la existencia y el uso de las
guarandas.
Lo primero que hay que descartar es la historia tantas veces repetida de que la emisión fue hecha por el ejército liberal, cuando ocupó Guaranda; el material que hemos descrito hace que esta versión sea imposible.
En efecto, aunque Guaranda se pronunció a favor de la revolución liberal el 4 de julio de 1895, la ciudad siguió ocupada por los ejércitos del gobierno de Quito. El ejército liberal permaneció en Guayaquil hasta el 25 de julio, cuando Eloy Alfaro lo condujo hacia la sierra por la vía de Chimbo, hacia Riobamba; otra parte del ejército estuvo a las órdenes del general Cornelio Vernaza y salió de Guayaquil al día siguiente, por la vía de Babahoyo, con dirección a Guaranda.
El 4 de agosto, Vernaza recibió la orden de ocupar San José de Chimbo, población cercana a Guaranda y, para cumplirla, el 6 de agosto se enfrentó con el ejército del gobierno de Quito en la localidad de San Miguel. Los liberales se alzaron con la victoria y el 7 de agosto Vernaza estableció un hospital militar en San Miguel y se dirigió a San José de Chimbo, población que ocupó a las dos de la tarde de ese día.
A las tres de la tarde del 8 de agosto, sin encontrar ninguna resistencia, Vernaza ocupó Guaranda, donde permaneció hasta el 13 de agosto. Al día siguiente, 14 de agosto, el ejército de Quito dió la batalla final en Gatazo, cerca de Riobamba, donde fue derrotado por las tropas liberales, al mando de Alfaro. El camino hacia la capital de la República queda despejado y los liberales entraron en ella el 4 de septiembre.
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Carta enviada de Guaranda a San José de Chimbo el 2 de agosto de 1895.
Aparece en la emisión Día Internacional de la Filatelia, del 18 de mayo de 2017 |
Relacionemos estas fechas con el material filatélico y corrijamos la historia que nos han contado.
Lo primero, ni Guaranda estaba con las comunicaciones bloqueadas ni era una población aislada, como pretende el
Manual de Kohl. Todo lo contrario, la ciudad estaba en el camino entre Guayaquil y Quito y, si las comunicaciones entre ella y el resto de la República hubieran estado cortadas, el envío de cartas hubiera sido imposible y el resello de las
guarandas, innecesario.
Lo que sí está claro es que durante la segunda quincena de julio, Guaranda y poblaciones aledañas como San José de Chimbo y San Miguel, estaban ocupadas por las tropas del gobierno de Quito, que esperaban el ataque desde Guayaquil; esas tropas se mantuvieron en la zona hasta la batalla de San Miguel, el 6 de agosto, y la ocupación de Guaranda al día siguiente.
El resello de las
guarandas, entonces, no pudo ser hecho por los revolucionarios liberales al ocupar la ciudad, pues esto ocurrió cinco días después del uso más tardío que conocemos de estas estampillas. El resello solo pudo ser hecho por las autoridades leales al gobierno de Quito, que se mantuvieron en la ciudad hasta la batalla del 6 de agosto.
Esto permite ratificar la autenticidad del material conocido: tanto la carta a Latacunga, como la que se dirige a San José de Chimbo, tienen como destino poblaciones ocupadas por las tropas del gobierno de Quito; se trata, entonces, de comunicaciones entre puntos que estaban dentro del territorio ocupado por los conservadores.
¿Por qué se resellaron los timbres? Sin duda no por el aislamiento sino por problemas de abastecimiento de material. Esto debió ocurrir pues, si se atiende a los testimonios de la época, el bando conservador estaba dividido en facciones y su desorganización era tal que el propio ejército del general José María Sarasti, enviado para enfrentar a Alfaro, tenía problemas de abastecimiento; si ésto pasaba en lo que debía ser la principal preocupación del gobierno de Quito, es de esperarse que ocurriera también en otros temas para entonces secundarios, como el abastecimiento de estampillas para Guaranda.
Las famosas
guarandas, entonces, no son estampillas locales de los revolucionarios liberales, sino el fruto de la desorganización de un gobierno a punto de ser derrotado; es probable, por eso, que la ocupación liberal de Guaranda haya significado, más bien, que los resellos ya no fueran necesarios y que éstos no se usaran más allá de los primeros días de agosto.
La escasez de estas estampillas hace difícil su estudio, pero conviene valerse de lo que se tiene a mano para tratar de identificar fechas y precisar las características del resello auténtico, a fin de eliminar las no pocas falsificaciones que circulan en el mercado.
Recibiremos gustosos cualquier dato o información sobre este particular.