domingo, 14 de agosto de 2016

NO HAY PALABRAS QUE PUEDAN EXPRESAR MI TRISTEZA

Marcela Díaz Cabal

Hoy me siento como si me hubiera pasado un tren por encima. El miércoles, 10 de agosto, murió el único hermano de mi mamá; tío y padrino muy querido. Ese mismo día, perdí a mi gran amigo Luiz Paulo. 

No hay palabras que puedan expresar mi tristeza. 

No solo era Luiz Paulo un excelente filatelista, un ferviente apasionado e impulsor de la hermosa afición que nos unía, sino muy especialmente una gran persona. Aunque lo conocí apenas en el 2012 a raíz del primer congreso de filatelia temática, en Costa Rica, tal vez por ser ambos docentes y de la misma edad, nos hicimos amigos de una vez. Y esos lazos amicales se fortalecieron a través de las múltiples cartas que nos enviábamos y de la complicidad en las anécdotas y comentarios de nuestro universo filatélico. 

Luiz Paulo durante su última visita a Quito, en 2015. Le acompañan Alberto Jiménez, Ricardo Boizard,
Diana Jiménez y Marcela Díaz Cabal

La filatelia del continente americano está de duelo. A él le debemos mucho, tanto que no tendremos con qué pagárselo excepto siendo mejores cada día. Olvidando rencillas y viejos rencores para caminar hacia el futuro con la fe en que la filatelia nos traerá la paz y la concordia que tanto necesitamos. Un fraternal abrazo desde lo más profundo de mi corazón a su esposa e hijos. "Dios no abandona a sus criaturas" me dijo hace poco. Estoy segura de que ya su alma vive en el amor del Creador y en los recuerdos de quienes lo quisimos y admiramos.

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