Juan Pablo Aguilar Andrade
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A partir del 1 de enero de 1920 se hizo obligatorio, en el Ecuador, el pago de un centavo adicional en el franqueo de la correspondencia, para financiar con los recursos obtenidos la construcción de la Casa de Correos de Quito.
Hasta contar con las estampillas definitivas para el pago de la sobretasa, se recurrió al resello de especies postales y fiscales. La primera estampilla resellada fue la postal de un centavo, color naranja, con el retrato del presidente Vicente Ramón Roca, emitida en 1915 (Scott 199), sobre las cuales se imprimió la inscripción "CASA / de / CORREOS", en color negro, en tres líneas horizontales.
En principio, sellos de bajo valor como éstos no deberían ser objeto de falsificaciones, ni para defraudar al Correo o para introducirlos en el mercado filatélico. Sin embargo, en el caso del sello que nos ocupa, esas falsificaciones existen y es necesario distinguirlas de los originales.
Se trata, fundamentalmente, de estampillas con "error" en el resello, aunque existen también falsificaciones que no presentan los supuesto errores, lo que las hace más atractivas para los filatelistas. Existen ejemplares falsificados del resello invertido y del doble resello invertido. En el catálogo especializado de Olivier Bertossa se habían reportado ya falsificaciones del resello doble y del resello sin la S final en la palabra "CORREOS", así como un resello rojo, falso, en la estampilla de dos centavos, color verde, del año 1916, con la efigie del presidente Diego Noboa (Scott 202).
Hay también un resello con la palabra "de" invertida, que no hemos visto en los sellos originales.
Las falsificaciones son fácilmente reconocibles, pues aunque el resello tiene las mismas dimensiones del original, un examen atento muestra claras diferencias; puede hacerse la comparación en las siguientes imágenes, que permiten ver que el resello falso (derecha), tiene una tipografía más fina que el original.
A la izquierda el resello auténtico, a la derecha el falso |
Es bastante notoria la diferencia en la letra E de la palabra "CORREOS", sobre todo porque en el sello original, la segunda línea horizontal de la letra carece del remate vertical que sí consta en la falsificación.
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