domingo, 25 de febrero de 2018

ECUADOR, FALSIFICACIONES AEROFILATÉLICAS (II): LOS AVIONCITOS

Italo Bongiovanni

En 1926, el servicio de correos emitió una serie de seis sellos ordinarios para la “inauguración de los trabajos del FF. CC. Quito-Esmeraldas”, utilizando sellos presidenciales o del centenario de Guayaquil resellados con una alegoría alusiva: una locomotora. El resello resultó bastante elemental y poco elegante, como aplicado de mano, y soy de la idea que esta apariencia de “extemporaneidad”, estimuló la idea de producir algo de similar, obviamente falso en 1927: estoy hablando de la serie conocida como “ LOS  AVIONCITOS”.

Si comparan un sello de la serie de 1926 con una de la serie “avioncitos”, se dan cuenta que parecen salidos de la misma mano.


Algunas de las estampillas de la serie conocida como "avioncitos"

La emisión de una serie de sellos para el correo aéreo, tenía una posible explicación. En 1925, los ecuatorianos habían empezado a ver a sus propios pilotos surcar el cielo de la capital; el piloto Cosme Rennella había anunciado un proyecto de servicio de correo aéreo nacional (nunca realizado) y en 1926 el mismo Rennella había abierto la ruta Quito-Latacunga con transporte de correo. Fue así que cuando apareció una serie de sellos “inauguración de los trabajos del FF.CC. Quito-Esmeraldas” resellados con aviones, a todos les pareció bastante normal. El resello tenía el mismo estilo de los sde 1926 y los filatélicos agregaron las nuevas estampillas a sus colecciones.

Pero un filatelista de nombre Augustín  Albán tuvo dudas sobre la legitimidad de estos sellos y presentó, en el mismo año, una solicitud al Ministerio de Hacienda, que dio una respuesta  lapidaria: -no existe decreto ministerial y nada fue autorizado.

Los sellos, sin duda alguna duda, habían sido forjados.


Los resellos usados para la serie "avioncitos"

En mayo 1943 el conocido filatelista don F. J. Meneses publicó en El Coleccionista Ecuatoriano un largo artículo reconociendo la falsedad de dichos sellos y en 1985 el conocido Giovanni Cataldi identificó en Jaime Nadal como el autor del engaño. El señor Nadal era corresponsal en Ecuador de un famoso catalogo que publicó de buena fe el nacimiento de la nueva emisión, permitiendo a Nadal una lucrativa actividad.

La duda nos queda cuando se encuentra una carta franqueada con un AVIONCITO. ¿El uso ilícito de un sello falso, en un país donde las obliteraciones de favor fueron la norma, restituye alguna legalidad a lo que fue ilegal?

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