domingo, 7 de febrero de 2016

EL 4 REALES DE 1866: CUÁNTOS Y CUÁNDO

Tenemos ya la certeza de que la estampilla de cuatro reales no fue parte de la primera emisión de sellos postales ecuatorianos. En 1977, Jorge Ayora publicó en el número 44 de El Coleccionista Ecuatoriano (p. 6), un documento encontrado por Julio Tobón de Páramo en el Archivo Nacional de Historia, en Quito, del que se desprende con claridad que el 4 reales se hizo a partir de un nuevo contrato celebrado entre el Gobierno ecuatoriano y el impresor Manuel Rivadeneira, sin duda a fines de 1865.

Aunque la calidad de la copia no es de las mejores, ponemos a su alcance el referido documento gracias a la gentileza de nuestro colega Hernán del Alcázar; lo pueden ver pulsando aquí. Está fechado el 30 de diciembre de 1865, lo dirige el Ministro de Hacienda, Manuel Bustamante, al Gobernador de la Provincia (seguramente la de Pichincha) y su texto es el siguiente:

“Se ha contratado con el señor Manuel Rivadeneira la construcción de cuatrocientas mil estampillas de portes de correo de a cuatro rs. c/u, en trescientos ps., a buena cuenta de los cuales dispone el Jefe de Estado se le den cincuenta ps. y se aplique al Art. 75 del presupuesto general”.

Emilia y Manuel Rivadeneira, grabadora e impresor del sello de cuatro reales.
Los dos retratos fueron realizados por César Alarcón Costta y utilizados para la emisión conmemorativa
de la primera emisión ecuatoriana (19 de marzo de 2015)

No se conoce copia del contrato ni hay referencias adicionales sobre el particular, por lo que no puede saberse por qué se fijó en cuatro reales el valor facial de la nueva estampilla, ni si el color de la misma fue escogido por el impresor o dispuesto por el Gobierno.

En relación con el valor facial, llama la atención el mismo, pues según las tarifas entonces vigentes, lo lógico hubiera sido que se prepare una estampilla de 2 reales, que era el precio que se cobraba por una carta sencilla al extranjero. Es probable, sin embargo, que le experiencia de los primeros meses de funcionamiento del franqueo con estampillas, haya mostrado la necesidad de cubrir portes elevados y que hayan sido frecuentes las cartas dobles o de peso superior.

Más importante es la duda que desde el primer momento surgió al publicarse el documento al que se ha hecho referencia: si se hicieron cuatrocientas mil estampillas de cuatro reales, ¿por qué se trata de un sello tan escaso? Jorge Ayora supone que por alguna razón el contrato no se cumplió en su totalidad y esa no deja de ser una posibilidad.

Veamos, sin embargo, algunos números.

Recientemente preparé con Georg Maier un trabajo sobre las primeras estampillas del Ecuador (disponible en la biblioteca de este blog o pulsando aquí) en el que analizamos las cuentas de ingresos y egresos presentadas por el Ministerio de Hacienda en sus informes de los años 1865 y 1870 (lamentablemente no hay datos posteriores).
 
Carta franqueada de Quito a Latacunga, con un sello de 4 reales, el 23 de julio de 1873 (Colección Goeggel)

Según las referidas cuentas, entre 1865 y 1870 se pagó un total de 1.900 pesos en concepto de rotura de planchas e impresión de sellos postales, lo que es en 100 pesos superior a los 1.800 que resultan de sumar el contrato original de octubre de 1864 (1.500 pesos) y el celebrado para la confección del 4 reales (300 pesos).

Si bien hay un contrato posterior, en 1872, para imprimir 500.000 estampillas adicionales (sin especificación de los valores) por un total de 250 pesos, parece claro que hasta 1870 se había pagado ya el total de los montos contratados en 1864 y 1865, lo que solo puede explicarse por el hecho de que el impresor entregó la totalidad de lo contratado.

Ahora bien, si tomamos en cuenta que los contratos, por los datos que tenemos, no se ejecutaron con estricto apego a lo originalmente pactado, no es aventurado suponer que el Gobierno haya considerado en algún momento innecesarios los sellos de cuatro reales y los haya reemplazado por los de los otros valores.

Podemos hacer interesantes especulaciones sobre el particular, pero lo cierto es que mientras no se desentierren de los archivos documentos que aclaren el tema, si es que existen, lo único seguro es que se contrataron 400.000 estampillas de cuatro reales, pero el número de las que existen muestra que se hicieron en menor cantidad.

Sea cual sea la cantidad efectivamenteimpresa, es claro que el sello de cuatro reales se utilizó desde que fue emitido y durante todo el período de uso de la primera serie, que se retiró de circulación oficialmente el 31 de agosto de 1873. Conocemos una cubierta, que estuvo en la colección de Hugo Goeggel, enviada de Quito a Guayaquil, con un sello de medio real y otro de cuatro reales, fechada el 23 de julio de 1873.

Uso más temprano conocido
del sello de 4 reales
(2 de junio de 1866)
Colección Lund
¿Cuándo se emitió el sello de cuatro reales?

Si, como hemos visto, la orden para pagar el anticipo se dio el 30 de diciembre de 1865, la estampilla debió estar lista en los primeros meses de 1866. La primera noticia que de ella dio la prensa especializada apareció ese año, en el número de agosto de Le Timbre Poste (ver EL AÑO DEL 4 REALES), lo que ha generado el consenso de sostener que el 4 reales se emitió entre junio y julio de 1866.

Jorge Ayora (p. 54), a partir de un ejemplar de la colección de Leo John Harris, señala el 22 de abril de 1866 como la fecha más antigua de una cancelación sobre el sello de cuatro reales. Robert D’Elia, sin embargo, cuestiona el dato, pues afirma que “el cuidadoso examen del mencionado sello pone en duda la conclusión de Ayora”.

Si aceptamos el criterio de Robert D’Elia, la cancelación más antigua que conocemos en un sello de cuatro reales, en sobre, se puso en Quito el 21 de julio de 1866, en una carta dirigida a Lima; hay, sin embargo, un fragmento fechado también en Quito, el 2 de junio de 1866 (ambas piezas en la colección de Eivind Lund).

Carta dirigida de Quito a Lima con un sello de 4 reales (21 de julio de 1866)
Uso más temprano conocido en sobre completo (Colección Lund)

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