Tenemos ya la certeza
de que la estampilla de cuatro reales no fue parte de la primera emisión de
sellos postales ecuatorianos. En 1977, Jorge Ayora publicó en el número 44 de El Coleccionista Ecuatoriano (p. 6), un
documento encontrado por Julio Tobón de Páramo en el Archivo Nacional de
Historia, en Quito, del que se desprende con claridad que el 4 reales se hizo a
partir de un nuevo contrato celebrado entre el Gobierno ecuatoriano y el
impresor Manuel Rivadeneira, sin duda a fines de 1865.
Aunque la calidad de la
copia no es de las mejores, ponemos a su alcance el referido documento gracias
a la gentileza de nuestro colega Hernán del Alcázar; lo pueden ver pulsando aquí.
Está fechado el 30 de diciembre de 1865, lo dirige el Ministro de Hacienda,
Manuel Bustamante, al Gobernador de la Provincia (seguramente la de Pichincha)
y su texto es el siguiente:
“Se ha contratado con
el señor Manuel Rivadeneira la construcción de cuatrocientas mil estampillas de
portes de correo de a cuatro rs. c/u, en trescientos ps., a buena cuenta de los
cuales dispone el Jefe de Estado se le den cincuenta ps. y se aplique al Art.
75 del presupuesto general”.
No se conoce copia del
contrato ni hay referencias adicionales sobre el particular, por lo que no
puede saberse por qué se fijó en cuatro reales el valor facial de la nueva
estampilla, ni si el color de la misma fue escogido por el impresor o dispuesto
por el Gobierno.
En relación con el valor facial, llama la atención el mismo, pues según las tarifas entonces vigentes, lo lógico hubiera sido que
se prepare una estampilla de 2 reales, que era el precio que se cobraba por una
carta sencilla al extranjero. Es probable, sin embargo, que le experiencia de los primeros
meses de funcionamiento del franqueo con estampillas, haya mostrado la
necesidad de cubrir portes elevados y que hayan sido frecuentes las cartas
dobles o de peso superior.
Más importante es
la duda que desde el primer momento surgió al publicarse el documento al que se
ha hecho referencia: si se hicieron cuatrocientas mil estampillas de cuatro
reales, ¿por qué se trata de un sello tan escaso? Jorge Ayora supone que por
alguna razón el contrato no se cumplió en su totalidad y esa no deja de ser una
posibilidad.
Veamos, sin embargo,
algunos números.
Recientemente preparé
con Georg Maier un trabajo sobre las primeras estampillas del Ecuador (disponible
en la biblioteca de este blog o pulsando aquí) en el que analizamos las cuentas
de ingresos y egresos presentadas por el Ministerio de Hacienda en sus informes
de los años 1865 y 1870 (lamentablemente no hay datos posteriores).
Carta franqueada de Quito a Latacunga, con un sello de 4 reales, el 23 de julio de 1873 (Colección Goeggel) |
Según las referidas
cuentas, entre 1865 y 1870 se pagó un total de 1.900 pesos en concepto de
rotura de planchas e impresión de sellos postales, lo que es en 100 pesos
superior a los 1.800 que resultan de sumar el contrato original de octubre de
1864 (1.500 pesos) y el celebrado para la confección del 4 reales (300 pesos).
Si bien hay un contrato
posterior, en 1872, para imprimir 500.000 estampillas adicionales (sin
especificación de los valores) por un total de 250 pesos, parece claro que
hasta 1870 se había pagado ya el total de los montos contratados en 1864 y
1865, lo que solo puede explicarse por el hecho de que el impresor entregó la totalidad de lo contratado.
Ahora bien, si tomamos
en cuenta que los contratos, por los datos que tenemos, no se ejecutaron con
estricto apego a lo originalmente pactado, no es aventurado suponer que el
Gobierno haya considerado en algún momento innecesarios los sellos de cuatro
reales y los haya reemplazado por los de los otros valores.
Podemos hacer
interesantes especulaciones sobre el particular, pero lo cierto es que mientras
no se desentierren de los archivos documentos que aclaren el tema, si es que
existen, lo único seguro es que se contrataron 400.000 estampillas de cuatro
reales, pero el número de las que existen muestra que se hicieron en menor
cantidad.
Sea cual sea la
cantidad efectivamenteimpresa, es claro que el sello de cuatro reales se
utilizó desde que fue emitido y durante todo el período de uso de la primera
serie, que se retiró de circulación oficialmente el 31 de agosto de 1873.
Conocemos una cubierta, que estuvo en la colección de Hugo Goeggel, enviada de Quito
a Guayaquil, con un sello de medio real y otro de cuatro reales, fechada el 23
de julio de 1873.
Uso más temprano conocido del sello de 4 reales (2 de junio de 1866) Colección Lund |
¿Cuándo se emitió el
sello de cuatro reales?
Si, como hemos visto,
la orden para pagar el anticipo se dio el 30 de diciembre de 1865, la
estampilla debió estar lista en los primeros meses de 1866. La primera noticia
que de ella dio la prensa especializada apareció ese año, en el número de agosto
de Le Timbre Poste (ver EL AÑO DEL 4 REALES), lo que ha generado el consenso de sostener que el 4 reales se emitió
entre junio y julio de 1866.
Jorge Ayora (p. 54), a
partir de un ejemplar de la colección de Leo John Harris, señala el 22 de abril
de 1866 como la fecha más antigua de una cancelación sobre el sello de cuatro
reales. Robert D’Elia, sin embargo, cuestiona el dato, pues afirma que “el
cuidadoso examen del mencionado sello pone en duda la conclusión de Ayora”.
Si aceptamos el criterio de Robert D’Elia, la cancelación más antigua que conocemos en un sello
de cuatro reales, en sobre, se puso en Quito el 21 de julio de 1866, en una
carta dirigida a Lima; hay, sin embargo, un fragmento fechado también en Quito,
el 2 de junio de 1866 (ambas piezas en la colección de Eivind Lund).
Carta dirigida de Quito a Lima con un sello de 4 reales (21 de julio de 1866) Uso más temprano conocido en sobre completo (Colección Lund) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario