martes, 16 de mayo de 2017

BASURA FILATÉLICA

Los errores son, desde que la filatelia existe, la presa preferida del filatelista: aquella estampilla que sale de lo común porque una falla en el proceso de impresión la convirtió en una pieza diferente, porque su color es distinto al de las demás piezas de la emisión, porque carece de perforaciones o éstas se encuentran desplazadas, etc.

Pero para que ésto sea así es indispensable que el error sea tal, esto es, que la falla sea obra del azar y no el resultado querido por quien busca fabricar una mercancía que genere ganancias fáciles, a costa de los filatelistas.

Por eso, quienes imprimen sellos postales adoptan medidas de seguridad que impidan, no solo el robo de las especies valoradas, sino la sustracción de los desechos o la producción de piezas supuestamente erróneas.

Lamentablemente, en el Ecuador los controles no han sido lo suficientemente severos y, como resultado, se ha sustraído el material de desecho o se han escamoteado piezas a medio hacer. Sabemos que las autoridades han tratado de impedir estos abusos, y hace no mucho un funcionario público fue destituido precisamente por incurrir en estas prácticas irregulares, pero es imprescindible fortalecer los controles.

Pero ésto no es suficiente. La responsabilidad no es solo de la Administración Pública, sino que debemos compartirla los filatelistas, dejando sin mercado estas piezas fraudulentas. Es hora ya de darles a los errores forjados el lugar que se merecen: la basura, y tanto los filatelistas individuales, como sus organizaciones, están obligados a incluir en sus listas negras estos supuestos errores que se producen, precisamente, porque cuentan con ingenuos compradores.

Lo dicho viene al cuento porque en estos últimos días hemos visto en e-bay una avalancha de supuestos errores en las últimas emisiones ecuatorianas. Hay para todos los gustos: errores de dentado, estampillas imperforadas, sellos con la impresión incompleta, hojas recuerdo con solo una de las varias tintas que debían tener, etc. Pueden ver dos de ellas en las imágenes que ilustran esta nota.



La única forma de detener este negocio que lo único que hace es perjudicar nuestra filatelia, es terminar con la especulación, negarse a adquirir estas piezas y considerarlas como simples cromos que de ninguna manera pueden catalogarse como errores.

La responsabilidad es nuestra, no adquiramos el material fraudulento y consigamos que nuestras asociaciones penalicen el uso que se haga de él en las colecciones.

3 comentarios:

  1. Muy acertado y enérgico tu artículo, Juan Pablo. Tambiénse da el caso contrario en que el Correo no admite como error lo que es evidente y craso error. En las estampillas panameñas se dan esos casos. Felicitaciones por tocar un tema importante en la filatelia

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  2. Estimado Juan Pablo, concuerdo plenamente contigo y, es más, ya puse en conocimiento de los responsables filatélicos. Solo quiero reforzar tu artículo poniendo énfasis que esta basura NO podría estar en el mercado si es que los responsables de llevar el control en el IGM y Correos del Ecuador no permitieran el particular.

    Es más, como filatelistas deberíamos denunciar a las personas que lo comercializan.

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  3. 100% de acuerdo con tu artículo Juan Pablo, esta basura NO aparecería comercialmente si las instituciones responsables IGM y Correos tuvieran los controles adecuados y si los filatelistas denunciamos a los comercializadores de esta basura.

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