Como ocurre con muchas de nuestras organizaciones filatélicas, la Asociación Filatélica de Costa Rica ha tenido, a lo largo de su existencia, un constante peregrinaje en busca de sitios para reunirse, realizar sus actividades y mantener su biblioteca. Épocas de estabilidad, generalmente en lugares facilitados por amigos o instituciones que reconocen la importancia de la filatelia, y momentos en los que la falta de un espacio fijo, hacía que cualquier sitio sirviera para juntar a los socios.
El nuevo local de la Asociación Filatélica de costa Rica |
La historia acaba de cambiar y, desde hace pocas semana, la Asociación cuenta ya con un local propio, gracias a la generosidad de una de las figuras más destacadas de la filatelia costarricense: Giana Wayman. Ella había facilitado ya el local en que venía funcionando la Asociación y, como a principios de este año decidió venderlo, comunicó a los socios su voluntad de transferir su legado a la Asociación, para que tuviera efecto con ella en vida. Su idea era transferir a la entidad una suma que permitiera comprar una sede social propia, y autorizó a que se iniciara la búsqueda de un local conforme a los requisitos que, en conjunto, ella y los directivos prepararon.
Como resultado, se identificó como el más apropiado un local conocido como El Costurero, porque ahí funcionaba una escuela de costura, ubicado en la radial de Betania, Guadalupe, calle 25, avenida 55. El inmueble reunía las condiciones necesarias para que en él funcionara la Asociación, la construcción es de buena calidad, el número de salas y espacios para servicios y bodegas es adecuado, cuenta con espacio de estacionamiento y abre la posibilidad de alquilar a terceros alguno de los salones.
El problema que representaba el hecho de que el precio superaba lo originalmente presupuestado, fue superado por un nuevo acto de generosidad de Giana Wayman, que ajustó la suma y añadió los fondos necesarios para el pago de los impuestos y gastos propios de la transferencia de dominio. Además, los hermanos Arteaga Moya, propietarios del inmueble, otorgaron un importante descuento en el valor de venta, como muestra del aprecio que tienen a la filatelia y en recuerdo de su abuelo, Alfredo Moya, uno de los filatelistas que fundó la Asociación.
Así que el 10 de noviembre de 2023 se firmó la escritura de compraventa y los colegas costarricenses empezaron los trabajos de adecuación de su flamante sede social.
Los trabajos para el traslado y la adecuación del local |
Hay que destacar que el gesto de Giana convocó a muchos otros, que contribuyeron de forma concreta para completar el proyecto. En primer lugar, los dueños previos de la construcción, Juan Eduardo, María Teresa y Ana Isabel Arteaga Moya, quienes, como ya se dijo, aceptaron reducir el precio final de manera considerable; la Sra. Victoria Eugenia Díaz, que ha provisto el dinero necesario para las reparaciones inmediatas y la pintura del inmueble; la empresaria Xinia Monge y la abogada Jéssica Johanna Calderón, quienes hicieron aportes concretos al acto de traspaso; y un extenso número de asociados y amigos que han favorecido con contribuciones de muy diversa naturaleza todo este proceso.
Felicitaciones a los miembros de la Asociación Filatélica de Costa Rica.
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