viernes, 29 de mayo de 2020

REFLEXIONES LUEGO DE UN SUEÑO FILATÉLICO

Ricardo Boizard Goycoolea
Socio honorario y miembro distinguido
Sociedad Filatélica de Chile

Anoche, como cualquier día lunes, luego de haberme dormido tarde, desperté al amanecer, feliz con lo que había soñado, pero preocupado porque al abrir los ojos me situaba en la terrible realidad que estamos viviendo. Me pareció tan auténtico que pensé que era importante dejarlo por escrito y así lo he realizado. Esta es mi pesadilla. 

Soñé que era mediodía del martes y tomaba el celular para llamar a un Uber para trasladarme a mi querida Sociedad, como era habitual desde 1975, cuando se iniciaron los almuerzos de los martes. Había muchos autos y en consecuencia llegaba a mi destino alrededor de la 1 de la tarde.  Palmoteaba por la espalda a Pato, en la puerta de entrada, subía las escaleras y saludaba a la regia y gentil Juany, así como a Pizarro que le llevaba, como hábito una bolsita de pastillas de menta. 


Los almuerzos de los martes en la Sociedad Filatélica de Chile (foto de archivo de Etna Guzmán)

Luego pasaba a la Sala de Directorio y estrechaba la mano de mi querido amigo Martín, quien ordenaba las piezas que iba a rematar al término del almuerzo. Luego bajaba las escaleras, saludaba a Carlitos y entraba al comedor, donde ya habían llegado muchos comensales, tales como Elizalde, revisando algunos álbumes y sellos en la mesa de escritorio de la entrada. Había algunos que revisaban lo que estaba a la vista del próximo remate y el resto de las dispersiones anteriores, dejaba en el lugar que siempre me siento los sobres dirigidos a Chile que le traía a mi amigo Thomas y al salir  a la terraza, me detenía Marull para regalarme una “negrita” de chocolate y me contaba el último chiste, bastante fome. 

Ya afuera estaba la bandeja con el pisco sour y la sabrosa salsa preparada para untar el pan. Los saludos de rigor a Guzmán, Moya, Lillo, Schublin, Marinkovic y demás presentes, hasta que Samia avisaba que estaba listo el comistrajo. Se conversaba de todo, mientras almorzábamos, junto a Junge, Schmutzer, Chandías y numerosos más nos reíamos, tomando el consabido vino tinto. 


Tertulia en la Sociedad Filatélica de Chile (foto de Carlos Vergara)

Luego del segundo plato, se paraba Martín con la famosa frase “ahora a lo nuestro”. De acólito, lo asesoraba Sebastián. 

Al término de este simpático remate, leía la nómina de los cumpleañeros del mes, invitando a los que estaban  presentes para cantarles el Cumpleaños feliz.  Llegaba la torta y  la Rosita o la Etna sacaban fotos para ingresarlas a Facebook. 

Luego venía la sobremesa con amenas charlas y finalmente, al salir de la Sociedad para volver a mi casa, en ese momento, despertaba, percatándome  en que no había almuerzo y tampoco estaba Thomas  que había viajado a la Eternidad. 

En ese instante reflexioné acerca de lo tremendo que nos estaba ocurriendo sin permitir juntarnos, ni siquiera con nuestros seres queridos. Ojalá, pido, no les ocurra a ustedes tener sueños tan espantosos como el que relato en esta terrorífica pandemia que vivimos y que no sabemos hasta cuando durará. Les transmito un hasta luego que ansío, no sea tan prolongado y nos permita nuevamente reunirnos en nuestra sana afición. Abrazos a todos con todo cariño de este Boizard acongojado.

1 comentario:

  1. Mi solidaridad con tus sentimientos Amigo, por aquí en Córdoba, Argentina, estamos en el mismo proceso, solo que nuestra conexión sigue cotidiana vía virtual, mediante nuestro propio sitio en CEFIMED. Ojalá pronto volvamos a nuestra querida rutina. Abrazo. Dr. Onar Uanini

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