En 1934, la ciudad de Quito se aprestaba a conmemorar los cuatrocientos años de su fundación española y el entonces encargado del Poder Ejecutivo, Abelardo Montalvo, con decreto 503, del 14 de agosto de 1934 (Registro Oficial 14, 17 de septiembre de 1934), dispuso que se haga una emisión postal conmemorativa, compuesta por cinco sellos.
El decreto estableció los valores, cantidades a emitirse e imágenes que debían ilustrar cada sello. Se dispuso emitir 500.000 estampillas de cada uno de los valores previstos: 85 centavos con la imagen del arco de la iglesia de Santo Domingo, 1 sucre con una esquina del convento de San Francisco, 1 sucre 60 centavos con la iglesia de El Belén y 1 sucre 70 centavos y 2 sucres, con los retratos de Diego de Almagro y Sebastián de Benalcázar, respectivamente.
Según el decreto, debían utilizarse los diseños que se tenían en la Dirección del Tesoro y que habían sido aprobados por el Poder Ejecutivo.
Esos diseños existen y son los que ilustran esta nota, aunque no sabemos si son los indicados en el decreto u otros elaborados por alguna casa impresora que buscaba el contrato. En todo caso, cumplen con lo previsto en el decreto aunque tienen importantes errores. El arco de Santo Domingo se identifica como portada de la misma iglesia, mientras que se incluye la leyenda "la iglesia de San Francisco" al pie de una ilustración que muestra, más bien, la esquina del convento en la que se ubica la capilla de Cantuña, cuya portada aparece en la imagen.
Hay también un error en la leyenda del sello con el arco de Santo Domingo: dice "portado" de Santo Domingo, en lugar de "portada".
Los sellos de 85 centavos y 1 sucre contienen otro error. Llevan inscritos los años 1535 y 1935, pese a que la ciudad fue fundada por los españoles en 1534 y el año de la conmemoración era, obviamente, 1934.
No se ha podido establecer el motivo, pero estos sellos quedaron en proyecto. Nunca llegó a hacerse una emisión por el cuarto centenario de Quito y lo único que queda son estos diseños.
UNA TAREA PENDIENTE QUE PUEDE SER COREGIDA.
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