domingo, 30 de mayo de 2021

CORRIGIENDO ERRORES: EL HAMMARSKJÖLD, AMARILLO INVERTIDO

El 18 de septiembre de 1961 murió en un accidente de aviación el entonces Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, el sueco Dag Hammarskjöld.

Poco más de un año después, el 23 de octubre de 1962, el Correo norteamericano emitió un sello postal para homenajear al fallecido, al cual el catálogo Scott asigna el número 1203.

La estampilla, de color negro y amarillo, se hizo imprimiendo por separado los dos colores, lo que produjo un error: en al menos dos planas, el amarillo se imprimió invertido.

El sello de Dag Hammarskjöld. A la izquierda la impresión correcta, a la derecha, la impresión con el amarillo invertido

Una plana de cincuenta sellos con el error de impresión fue adquirida, a los pocos días de la emisión, por Gerald P. Clark, farmacéutico de Ohio, quien se reservó un bloque de cuatro con el número de la plancha y usó el resto en su correspondencia.

A los pocos días, William R. Throop, socio del farmacéutico Clark, al observa el bloque de cuatro, advirtió el defecto de impresión y ambos buscaron la manera de recuperar los sellos que habían sido usados para el franqueo; rescataron diecinueve sobres.

El 9 de noviembre de 1962 la noticia saltó a la prensa. El sello, se decía, podía tener un precio de hasta USD 10.000, si no se descubrían nuevos ejemplares.

Otra plana de cincuenta sellos, con el error, había aparecido antes. Leonard Sherman, un joyero de Nueva Jersey, la adquirió al día siguiente de la emisión, el 24 de octubre de 1962. Había, entonces, al menos dos planas de sellos.

Sherman se consideró propietario de un tesoro que valoró en miles de dólares. No tardó, sin embargo, en ver cómo sus esperanzas se desvanecían. 

El Correo norteamericano resolvió terminar con la especulación. Para ello, se optó por convertir el sello con el defecto de impresión en una pieza común y se ordenó hacer una emisión oficial de la estampilla con los colores invertidos.

El 16 de noviembre salió a la venta esta última; se imprimieron un total de diez millones de ejemplares. Sherman recurrió a las vías legales para tratar, primero, de impedir la circulación del sello y, luego, para conseguir una indemnización; no tuvo éxito.

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