sábado, 3 de abril de 2021

LOS PASOS LEJANOS DE PLÁCIDO RAMÓN DE TORRES. LAS ANDANZAS DE UN FALSIFICADOR POR OTROS CONTINENTES (IV)

Gerhard Lang-Valchs

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FOUR en el cartucho izquierdo

Las fantasías argentinas de Buenos Aires

Teniendo en cuenta lo dicho sobre la forma de trabajar de Torres en contraste con los objetivos convencionales de un falsificador llama la atención la cantidad inusual de sellos falsificados de esta primera edición que llevan fallos o errores como los arriba descritos, difícilmente o, más bien, imposibles de explicar como errores accidentales, con lo cual apuntan a la autoría de Torres, único personaje en el mundo de la falsificación que practicaba esta “técnica”.

El caso más llamativo entre las fantasías de esta serie es tal vez la inclusión de una palabra inglesa [FOUR] en el cartucho del valor de un sello argentino, absolutamente imposible de adjudicar a un despiste. La “N” invertida de “BUEИOS AIRES” es un segundo elemento, muy usado por Torres. De este modelo no parece existir otro valor.

El cambio de los caracteres del cartucho izquierdo del valor por cifras es otro cambio llamativo y sintomático para el modo de trabajar del español. Su repetición en todos los valores es buena prueba de su intencionalidad. Existe una serie de cinco valores de dibujo idéntico, pero diferente del de otros falsos.

A la izquierda 4 y a la derecha 5 en el cartucho izquierdo

Los falsos “mayores”

Las deformaciones de la inscripción izquierda del valor en los tres ejemplares presentados nos dan muestras diferentes de la creatividad de Torres. Tanto la complementación “CIR” como las sustituciones “T.” y “IN” son invenciones en las que la fantasía de su autor se aleja voluntariamente de la realidad representada en los ejemplares auténticos. En los tres casos además las “S” de “BUENOS” AIRES” están inclinadas y/o deformadas de forma muy particular. El diseño del ejemplar de en medio, sin embargo, difiere de los otros dos.

Arriba, de izquierda a derecha, CIR, T e IN en el cartucho izquierdo.
Abajo, DOS inclinado, CINCO inclinado y CUATR.

Las eses inclinadas

La particular forma de las “S”, inclinada una a la izquierda, la otra hacia la derecha, ya constatada en los ejemplos anteriores, nos lleva a toda una serie de sellos cuyos ejemplares muestran todas las particularidades del diseño de sus “hermanos” del #3, con la excepción ya nombrada. El barco parece no tener velamen visible, ni desplegado ni izado, el sol y del mar son idénticos. El mástil de atrás se convierte en una segunda chimenea que, sin embargo, no echa humo. Uno de los ejemplares conlleva incluso también un “error”. En vez de “CUATO” se lee “CUATR” en el cartucho izquierdo del valor. Únicamente del valor de un peso no se ha documentado (¿todavía?) ningún ejemplar.

Por si sólo estas últimas evidencias tal vez no representarían un argumento del todo convincente, pero hay otra cosa que tienen en común estos falsos con los del # 3.[1] Comparten con ellos algún matasellos, que, ya que no se trata de falsos postales, tiene que ser igualmente falsificado. Y, según las leyes de la lógica, el autor de la falsificación del sello suele ser también el del matasellos.

Matasellos falso ARRECONDO sobre falsos Torres

Lo que comparten en concreto es el matasellos (falso) “ARREGONDO” que, por cierto, aparece también en falsificaciones de otros varios países sudamericanos. Estudios sobre la relación entre el falsificador suizo François Fournier y Torres y sobre los falsos Torres de las primeras emisiones uruguayas revelaron la existencia de varios matasellos tipo “ARREGONDO” muy parecidos como obras del mismo autor, identificados por sus “errores” acumulados y “paralelos” en esas cancelaciones que tampoco pueden ser sino deliberados.[2] 

Resultado del análisis

Matasello CORREOS entero

Las “bromas” y/o “errores”, cambios más o menos fantásticos del dibujo que presentan los ejemplares aquí expuestos, no se pueden calificar de ninguna manera de casualidades, errores auténticos o meteduras de pata. Teniendo en cuenta lo dicho al principio sobre el trabajo de los falsificadores en general y la peculiar y única forma de entenderlo de Torres, no cabe la menor duda de que se trata de obras suyas.

Aparte de las evidencias presentadas hay por otro lado algo que indica sin lugar a dudas, que todos estos falsos son obra de la misma persona. Los diferentes matasellos que encontramos por un lado en diferentes ejemplares falsos de la misma serie, obviamente hechos por el mismo autor y por otro en los sellos de los tres países presentados. En algunos de los ejemplares matasellados encontramos la cancelación: “CORREOS, 7.1.66., II-III” que ciertamente aparece en sellos de más de veinte países. Muchos de los “barquitos fantásticos” de Buenos Aires, producidos por Torres, también lucen este mismo matasellos, así que su autoría está más que confirmada.

Resumen:

Creo que no hay ninguna duda sobre la autoría de los falsos presentados. Paralelamente, no hay tampoco dudas sobre la procedencia de los matasellos usados en estos ejemplares para fingir su uso postal regular. Son todos obra del mismo falsificador.

El matasellos CORREOS se aplicó sobre falsificaciones de más de 20 países en cuyas emisiones he podido constatar la existencia de esta cancelación fraudulenta.[3] El reducido espacio disponible para este artículo impide la presentación de todos ellos en su debido contexto. Como ya se ha visto en el caso de los así llamados “barquitos” de Buenos Aires, la investigación ha topado también con otros ejemplares que seguramente permitirán descubrir la mayor parte de la gama de los “falsos mayores” de Torres.[4]

Sin querer entrar aquí en una discusión sobre la calidad pictórica de esos falsos, hay que confirmar que la cantidad de ejemplares falsificados coloca a Torres en primera fila al menos en condición de igualdad, sino de superioridad, entre los falsificadores europeos del siglo XIX, al lado de los hermanos Spiro o de François Fournier. Queda por discutir si a los dos últimos se les puede llamar realmente falsificadores, ya que nunca disimularon que sus obras eran imitaciones y/o que ellos mismos se consideraban artistas o benefactores del pequeño coleccionista al que le facilitaban el acceso a sellos inalcanzables en original por su alto precio de mercado. 

Agradecimientos: Tengo que dar las gracias a Andrés Gazzolo, autor del magnífico libro “Barquitos of Buenos Aires. Forgeries and Reprints”, sin cuyas imágenes originales éste artículo hubiera quedado poco ilustrado e menos ilustrativo. Tampoco hay que olvidar a Evert Klaseboer, sin cuyas investigaciones previas en el campo de las falsificaciones a nivel mundial, plasmadas en su “CD-ROM Catalogue” y puestas a mi disposición con todas sus imágenes, mi investigación no hubiera podido llegar a buen puerto.



[1] Andrés Gazzolo, Barquitos de Buenos Aires, Forgeries and Reprints, edición propia, 2012, #6-9, 16, 66, p.13, 17, 49.

[2] Un fallo lo tiene cualquiera. Siguiendo las huellas de un falsificador, Chile Filatélico, nº 299, tomo XXIX, mayo-octubre 2019, p. 39-43.

[3] Evert Klaseboer: Stamps Catalogue CD-ROM, vol. 1 y 2, 2019.

[4] Vease nota 17.

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