César Sancho (Costa Rica)
Las charlas de Mi Oficina han llegado a un número
impresionante: +300.
Y no solamente vale la pena rescatar la cantidad
sino la calidad de las intervenciones que en ese espacio académico-filatélico
se han presentado.
Poder conocer los avances investigativos y los
descubrimientos de muchas emisiones postales ha sido un gran valor agregado a
esta iniciativa regional y retrata cómo hemos tenido los filatelistas que
adaptarnos a esta nueva realidad con la certidumbre de que esta afición sigue
creciendo y más cuando nos reunimos a comentarla.
Dignos de destacar son los tres días en que los
jueces FIP de la región han presentado sus aportes y conocimientos al
juzgamiento de colecciones y a la interpretación de las reglas de competición,
sin duda uno de los hitos más importantes en la historia de la filatelia
continental.
Todo lo anterior nos plantea una puesta en escena
ya necesaria en nuestra agenda diaria, el poder acudir a acompañar a muchos
colegas de diferentes países a discutir piezas, emisiones, variedades,
curiosidades, entre otras alternativas que, de otra forma, serían muy difíciles
de abordar en un mundo presencial como lo era antes de marzo de 2020.
Lanzando una mirada al futuro, solamente vemos retos para hacer crecer la filatelia en nuestra región. Debemos continuar con estas reuniones tal vez con otra periodicidad, pero, eso sí, con el mismo entusiasmo y entrega en la disertación. Lo que sí es claro es que nunca volveremos a la antigua normalidad filatélica, para las futuras exposiciones post-pandemia deberán incorporarse elementos virtuales como la transmisión de la inauguración, del palmarés, de las actividades sociales y, por qué no, de las reuniones de confraternidad filatélica que Mi Oficina ha organizado a través de los años. Los que no tengan la suerte de asistir a las exposiciones van a poder compartir las emisiones que afloran durante estas para nuestra comunidad filatélica.
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