UN BICENTENARIO OLVIDADO

Este 31 de junio se cumplen doscientos años del fusilamiento, en Buga, de Carlos Montúfar (1780-1816), quien lideró la primera etapa del proceso emancipador en lo que hoy es la República del Ecuador.

Hijo de quien sería el primer presidente de la Junta Soberana de Quito, establecida el 10 de agosto de 1809, Montúfar había viajado a Europa a inicios del siglo XIX en compañía de alejandro Humboldt, con quien mantuvo una relación muy cercana.

Se formó militarmente en España y llegó a ser ayudante de campo del general Castaños en la batalla de Bailén. Participó activamente en la guerra de independencia española y fue enviado en calidad de Comisionado Regio a la Audiencia de Quito, donde se unió al movimiento independentista, del que sería jefe militar hasta la derrota de la revolución quiteña en la batalla de Ibarra (1812).

Pasó a la Nueva Granada, donde se unió a las fuerzas de Bolívar, quien lo nombró ayudante general. Participó en la batalla de la Cuchilla del Tambo, donde fue capturado por las tropas de Juan de Sámano, quien lo condenó a ser fusilado por la espalda, como traidor.

Es lamentable que esta figura fundamental de la historia ecuatoriana, no haya merecido ni siquiera un recuerdo con motivo de este bicentenario. El Ecuador le ha dedicado únicamente un timbre telegráfico, con el que ilustramos estas líneas, y una de las estampillas de la serie de la Exposición Nacional de 1909. Este año no se le recuerda en ninguna de las muy pocas emisiones postales que se han hecho, y no conocemos que se tenga planificado hacerlo. Únicamente dos artículos, publicados en diario El Telégrafo por Jorge Núñez, han resaltado la personalidad de Montúfar.