Alfonso Carrillo Benítez
xcarrillo1972@yahoo.com
En 1823 Simón
Bolívar ordenó la creación de la casa de amonedación con sede en Quito, sin
embargo, durante la vigencia de la Gran Colombia, esta disposición no fue
acatada, sin conocerse las razones presumiendo que las condiciones logísticas
especialmente de la materia prima por carecer de los metales preciosos en minas
cercanas a la capital del Distrito del Sur o por desidia de las autoridades, no
se estableció esta ceca.
La propuesta fue
acogida por el Gral. Juan José Flores en 1831 que comunicó al Congreso del
Estado su decisión de hacer efectivo el establecimiento de una casa de
amonedación en Quito, solicitando que el órgano legislativo determine las
características de las monedas a producirse
en términos de peso, tamaño, liga y denominación.
Ese mismo año, el
8 de noviembre, el Congreso dicta la primera Ley de Monedas, sancionada al
siguiente día por parte del Jefe de Estado. En su artículo 1º señala: “En la
casa de moneda que se establezca en esta capital, se acuñarán por ahora
doblones de a cuatro, escudos y medios escudos de oro; pesetas, reales, medios
y cuartillos de plata. En el artículo 2 dice: “El tipo, peso y ley de estas
monedas serán exactamente iguales a lo que se observa en las que se acuñan en
la casa de moneda de Popayán”. Hay que aclarar que “doblones de a cuatro”
significa cuatro escudos equivalente a media onza de oro; escudo que era la
unidad monetaria en el mismo metal con un peso de 3.3841 gramos; pesetas:
monedas de plata de dos reales; real: unidad monetaria de palta con un peso de
3.4346 gramos; medios, igual a la mitad de peso señalado y los cuartillos con
un peso igual a un cuarto del real, 0.85865 gramos.
El investigador
Carlos Ortuño en su libro Historia Numismática del Ecuador publicado por el
Banco Central del Ecuador en 1977, cuestiona la expedición de la ley rotulando
“Resulta extraño que en la primera oportunidad de acuñar moneda propia, no lo
hagamos en nuestra calidad de Estado
soberano, libre e independiente. Probablemente pesó en el ánimo de los legisladores
la idea política de la Confederación, lo que haría inteligible mantener un monetario unificado.” La Casa de la Moneda de Quito inició sus labores en
1833.
Alberto Salazzá
oriundo de Murano –Italia- fue el primer director desde su fundación hasta
1843, periodo interrumpido brevemente en 1834 y luego en el gobierno de Vicente
Ramón Roca en 1847 vuelve a desempeñar el cargo.
La Casa de la
Moneda se instaló en el edificio entre la Iglesia de la Compañía de Jesús y el
Cuartel Real de Lima, donde ahora funciona el Centro Cultural Metropolitano.
La primera
producción de prueba fue en julio de 1832 y en diciembre de ese año el
Presidente Flores mediante Decreto Ejecutivo de diciembre del mismo año dicta
una nueva Ley de Moneda y por la falta de circulante acepta que circulen
monedas españolas siempre y cuando no sean falsificadas, “exceptuando los
reales acuñados en la casa de moneda de Popayán”
En 1833 circulan oficialmente monedas
acuñadas en Quito y el real tiene las siguientes características: peso: 3.4346 gramos de plata de 8 dineros,
diámetro de 20 milímetros, en el anverso se encuentra el primer escudo de armas
el Ecuador con la leyenda, EL PODER EN
LA CONSTITUCIÓN la señal 1 R (un real) las iníciales del ensayador GJ:
(Guillermo Jameson) y el año de acuñación 1833. En el reverso escudo de Colombia
y la leyenda EL ECUADOR EN COLOMBIA en la parte inferior QUITO.
Efectivamente, una de las actividades que funcionaron en el edificio señalado fue La Casa de la Moneda, entre otras y simultaneamente; pero, originalmente fue el Colegio de los jesuitas.
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