En 1861, la Convención Nacional autorizó al Banco de de
Descuento de Guayaquil la acuñación de 200.000 pesos en monedas de dos y cuatro
reales, a cambio de que el Banco aportara con los recursos necesarios para rehabilitar la Casa de la Moneda de Quito, y siempre que el trabajo se hiciera
en esta última, bajo la supervisión gubernamental.
Para la fabricación de las nuevas monedas, el
gobierno pidió a Antonio Flores Jijón, Encargado de Negocios en
París, que contratara la confección de nuevos cuños a partir de los diseños
enviados desde el Ecuador. La elaboración de los cuños se contrató con Albert
Désiré Barre (1818-1878), Grabador General de la Monnaie de París, quien
rechazó los modelos que se le presentaron y preparó su propio diseño.
Mientras esto ocurría, sin embargo, los trabajos de
acuñación empezaron a realizarse en la Casa de la Moneda de Quito y, para ello,
se utilizaron cuños de confección nacional, preparados por Antonio Herrera y
Gaspar Mogollón, que reproducían el diseño básico de las monedas que hasta
entonces se habían utilizado: el busto de la Libertad en el anverso y al
reverso las armas de la República.
Con este diseño se acuñaron, hasta el 2 de abril de 1862,
fecha en que se averió la maquinaria, entre otras, las monedas de dos y cuatro
reales a las que se refería la autorización de la Convención Nacional.
2 reales de 1862, cuño francés |
En junio de ese año, junto con el repuesto para la máquina
llegó a Quito el cuño de dos reales de Barre que, junto con el de 4 reales, que
arribó en noviembre, permitieron realizar el trabajo de acuñación. Las piezas
se elaboraron con el nuevo diseño hasta febrero de 1863, cuando el Banco de
Descuento de Guayaquil dispuso la paralización de los trabajos por las pérdidas
que estaba sufriendo como consecuencia de la acuñación.
El cuño de Barre, si bien mantiene en el reverso, con algunos cambios, el escudo
del Ecuador, modifica sustancialmente el diseño del anverso.
Hay, entonces, dos tipos distintos de monedas de dos y
cuatro reales acuñadas en 1862, unas con el cuño nacional ("las
quiteñas") y otras con el francés ("las francesas").
De éstas, las más raras son las quiteñas, y la
de dos reales es considerada por muchos como la moneda de plata más rara del
Ecuador.
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