Las dispersiones son siempre un espacio para descubrir cosas que, incluso cuando se analizan las piezas para incluirlas en un catálogo, se pasan por alto.
Es lo que ocurrió este sábado 14 en la segunda dispersión del Grupo Ecuador. Una de las piezas ofrecidas (lote 31), era una pareja horizontal del cuatro reales de 1866, primera serie ecuatoriana, con un matasellos fechador de Quito del 2 de febrero de 1867.
Se había identificado a la pieza como una pareja óvalo círculo, clásica distinción en estos sellos que nace de las diversas dimensiones de los círculos internos, que en algunos casos se convierten en óvalos, como consecuencia del proceso de impresión (los interesados pueden consultar ÓVALO CÍRCULO).
Pero mientras se discutía sobre la pareja el momento en que era ofrecida en la dispersión, Teddy Suárez hizo notar una particularidad: la diferencia entre las letras R de la palabra CORREOS en el sello de la izquierda y en el de la derecha.
En efecto, si ampliamos la parte correspondiente de las estampillas, se ve con claridad que mientras a la izquierda tenemos unas R que podemos calificar como normales, o comunes, a la derecha las patas de la letra forman, claramente, una herradura.
Es bastante común escuchar que la presencia de las herraduras en la R permitía identificar un sello falso. Esta pareja, sin embargo, en la que el sello sin herraduras es sin duda legítimo, permite ver que las herraduras existen también en las estampillas originales.
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