Marcela Díaz Cabal
Filatelistas mucho más versados que yo y con mayor experiencia han
expresado su desacuerdo con el uso de los denominados "tu
sello" en las colecciones temáticas.[1]
Quizás sería bueno reflexionar un poco más sobre este elemento postal
filatélico tan de moda no sólo en España, sino en otros países europeos,
a la luz de las innovaciones que han ocurrido en la filatelia temática desde
las postrimerías del siglo pasado hasta nuestros días.
¿Cuál es el origen de esta controversial modalidad de los correos que ha
proliferado sin muestras de desaparecer para disgusto de muchos jurados y
expositores? Su origen hay que buscarlo en Melbourne, cuando el 19 de marzo de
1999, durante una exposición filatélica, el servicio postal australiano les
ofreció a los visitantes la posibilidad de adquirir un bloque de 10 sellos a
solo 45 cts. que tenía, como novedad, una bandeleta en blanco en la que
el comprador podía añadir una fotografía, tomada e impresa ahí mismo. En solo
unos minutos, el usuario tenía unos sellos con su foto por el costo de 10
dólares australianos (6 USD). Fue tal el éxito que al poco tiempo otros países
se sumaron a la novedosa iniciativa añadiendo variantes como el no usar ya
bandeletas, sino imprimir la imagen de un dibujo o una fotografía en el propio
sello.[2]
Australia, los primeros sellos personalizados tomado de Glen Stephens Stamps |
En España, esta modalidad surgió en los primeros días de enero de 2007
cuando el correo español avisa que a partir de ese momento, ofrece a "ciudadanos, empresas, instituciones y demás
organismos en general la posibilidad de utilizar en sus comunicaciones postales
sellos personalizados; es decir, signos
de franqueo con las imágenes o motivos que elijan sus solicitantes." [3]
[resaltado mío].
Regulado por los Ministerios de Fomento y de Economía y Hacienda, el
nuevo producto responde según consta en el documento de la administración
postal, a "una demanda constatada en
la sociedad española, tanto entre empresas e instituciones como de los ciudadanos".
La regulación incluía las condiciones legales y los requisitos exigidos para
validar las nuevas emisiones en cuanto a costo, dimensiones, cantidad
permitida, características y un largo etcétera sobre sus ventajas. Pero
también establecía los límites de lo no aceptable. Por ejemplo, no debían
ser "imágenes de personas,
costumbres y el orden público; [se debían respetar] los derechos fundamentales y las libertades públicas, y no [debían]
exaltar delitos o discriminar por sexo,
raza, religión." Y que en la selección de motivos no se validarían "las propuestas de contenido que
constituyan publicidad ilícita o atenten contra la propiedad intelectual e
industrial". En otras palabras, se buscaba promover "imágenes con un sentido positivo, con
la única excepción de aquellos sellos dedicados a campañas de lucha contra
enfermedades o males personales y sociales."
Estas solicitudes de los ‘sellos personalizados’ podían realizarse
fácilmente a través de la Oficina Virtual de CORREOS. Las normas establecían la
cantidad que una persona podía comprar (no más de 3.000 unidades), el costo por
unidad incluyendo los gastos del envío a domicilio (1€) y el tiempo que tardaba
la llegada del producto a partir de la fecha en que se hubiera solicitado (30
días). El CORREO español subrayaba, además, la plena confianza que
tenía de la aceptación del nuevo producto
"entre las empresas de marketing directo, las pymes y el colectivo de
filatelistas" porque era "un
excelente vehículo para la promoción de congresos, ferias, exposiciones, concursos,
aniversarios, etc. y podía difundir efemérides, eventos y promover la cultura,
valores y logros de la sociedad española", además de contribuir a la
actividad económica, naturalmente.
Interesante es saber si desde aquel año de 2007 a este momento, 2017, los sellos personalizados han logrado las metas que se proponían tanto en el campo económico como en el de la difusión de la cultura, valores y demás logros dentro y fuera de España. Pienso que la variedad de “tu sello” que han surgido en los últimos años parecen sugerir que así es. Ahora bien, desde el punto de vista de la filatelia, ya son "otros quinientos pesos". Pocos filatelistas, a decir verdad, defienden el sello personalizado; la mayoría se opone. Sin embargo, como un contrasentido, para cada efemérides, para cada aniversario, para cada acontecimiento importante o hito, esas mismas sociedades filatélicas cuyos miembros miran con desdén, incluso con malos ojos, los sellos personalizados en las exhibiciones temáticas, nos sorprenden promoviendo la emisión de algún "tu sello" con la loable intención de que el acontecimiento no pase inadvertido o con el propósito perfectamente legítimo de difundir la cultura de su pueblo o región cuando CORREOS, por una razón u otra, no lo hace. Como muestra un botón: el aniversario de la segunda parte del Quijote, ocurrida en el 2015 y la conmemoración de los 400 años del fallecimiento de Miguel de Cervantes en el 2016, produjo múltiples actividades culturales y recreativas espléndidas y entre ellas, variadas exposiciones artísticas, bibliográficas, filatélicas, así como también la emisión de incontables matasellos y... ¡¡sellos personalizados!!
Cabe entonces preguntarse por qué.
¿Por qué estas asociaciones de filatelistas tan opuestos a la utilización de los "tu
sello", son las mismas que proponen y pagan (o consiguen) las emisiones de
sellos personalizados que luego penalizan en una exhibición filatélica
competitiva? La verdad es que no tengo la respuesta. Mi país no sólo no los
produce; ni siquiera tenemos una política estatal sobre las emisiones de los
sellos "normalitos", aunque asumo que con esto de la influencia de la
Internet no estará lejos el día en que a alguien se le ocurra proponerlo en
vista de nuestras carencias. A falta de pan, buenas son tortas, reza el dicho.
Una muestra de la diversidad de temas que aparecen en los sellos personalizados españoles |
Interesante es saber si desde aquel año de 2007 a este momento, 2017, los sellos personalizados han logrado las metas que se proponían tanto en el campo económico como en el de la difusión de la cultura, valores y demás logros dentro y fuera de España. Pienso que la variedad de “tu sello” que han surgido en los últimos años parecen sugerir que así es. Ahora bien, desde el punto de vista de la filatelia, ya son "otros quinientos pesos". Pocos filatelistas, a decir verdad, defienden el sello personalizado; la mayoría se opone. Sin embargo, como un contrasentido, para cada efemérides, para cada aniversario, para cada acontecimiento importante o hito, esas mismas sociedades filatélicas cuyos miembros miran con desdén, incluso con malos ojos, los sellos personalizados en las exhibiciones temáticas, nos sorprenden promoviendo la emisión de algún "tu sello" con la loable intención de que el acontecimiento no pase inadvertido o con el propósito perfectamente legítimo de difundir la cultura de su pueblo o región cuando CORREOS, por una razón u otra, no lo hace. Como muestra un botón: el aniversario de la segunda parte del Quijote, ocurrida en el 2015 y la conmemoración de los 400 años del fallecimiento de Miguel de Cervantes en el 2016, produjo múltiples actividades culturales y recreativas espléndidas y entre ellas, variadas exposiciones artísticas, bibliográficas, filatélicas, así como también la emisión de incontables matasellos y... ¡¡sellos personalizados!!
Exposiciones, asociaciones y comercios filatélicos utilizan los sellos personalizados como medio de difusión |
Ahora bien. Como ya lo mencioné en otro momento, en primera instancia
concuerdo en que no se debe abusar de este tipo de material por las razones perfectamente expuestas por mi amigo Paco Piniella en su excelente blog La Lupa. Pero, igual que entonces,
insisto en no estar de acuerdo con que se penalice su uso de buenas a primeras
sin ponderar antes otros factores. Este tipo de elemento postal puede y debe considerarse
"material límite", pero no creo que deba prohibirse, reprobarse o
condenar su empleo en una colección
competitiva si se trata de algo puntual e imprescindible y el expositor justifica
adecuadamente su uso. Que fue lo que hice yo a raíz de la crítica severa que me
hiciera Paco precisamente por el uso de una carta circulada con sellos
personalizados de León Hebreo en mi colección cervantina.
Una carta con sellos personalizados, "preparada" o no,
viajada, certificada, con el franqueo necesario y que ha sido autorizada por
una entidad postal legal, se ajusta perfectamente a lo establecido por la FIP
como material postal apropiado. Cito: "Material
postal-filatélico apropiado es el que ha sido emitido, se proyectó emitir o ha
sido producido en la elaboración de la emisión, con el propósito de transmitir
correo u otras comunicaciones postales, el que ha sido usado para ello, o
considerado válido por organizaciones postales gubernamentales, locales o
agencias postales privadas, así como por otras autoridades debidamente
encargadas o facultadas para ello.”[4]
Es muy difícil entender la animadversión hacia los famosos "tu
sello" cuando al mismo tiempo, otros elementos que también pueden
considerarse "material límite" no sólo se permiten, sino que no les
ha impedido a los expositores ganar importantes premios con sus excelentes
colecciones competitivas en los casos en que estos se han usado. Menos se
entiende que podamos exhibir piezas que con todo y ser "preparadas",
se consideran válidas (al menos hasta cierto nivel), tales como tarjetas
máximas, matasellos conmemorativos, sobres de primer día, hojitas filatélicas, por
mencionar algunos ejemplos. ¿Acaso no son "fabricados" ex profeso
para conmemorar algún hecho importante? ¿Y los enteros postales y sobres
privados con propaganda no son también "preparados" con el propósito
específico de publicitar productos o servicios ajenos a lo postal? Sin embargo,
los rastreamos con ahínco, al menos los que tienen visos de "vejez",
para ganar puntos con el jurado.
Por otro lado, pensemos cómo eran inicialmente las colecciones temáticas
de primera generación y cómo son hoy las llamadas de "cuarta
generación". Si algunos temáticos no hubieran decidido
"innovar", no tendríamos a tanta gente no sólo usando los tamaños de
hojas desconocidos hasta entonces (esta sería la parte puramente
"cosmética", como el uso del ordenador, de distintos tipos de letra, colores,
etc.), sino otras formas más refinadas e inteligentes de cultivar la filatelia.
Yo diría, la evolución natural de lo sencillo a lo complejo; de lo fácil a lo
difícil; de lo tópico a lo temático.
Hoy, se abre el compás del coleccionismo filatélico y se añaden nuevas
modalidades desconocidas hasta hace relativamente poco: por ejemplo, la
filatelia abierta y la filatelia moderna. Pero es que se trata de algo propio
de la naturaleza humana: la curiosidad, fenómeno instintivo que suele
combinarse con la capacidad de razonar, lleva al hombre a investigar,
experimentar, aprender, inventar, evolucionar. Naturalmente, podemos quedarnos
anquilosados en el pasado. O podemos desprendernos de nuestros prejuicios y
explorar, con cautela y reflexión, otras alternativas; abrir trochas,
recorrer nuevos caminos.
Si Cristóbal Colón no hubiera tenido su buena dosis de aventurero, vaya
usted a saber cuánto tiempo habría permanecido ignorada América. Aunque, tarde
o temprano, alguien la habría "descubierto". Lo que no puede ponerse
en duda es que su descubrimiento cambió por completo la visión que el
hombre, de uno y otro continente, tenía del mundo hasta entonces.
Dicho esto, estamos claros que debe prevalecer el buen juicio y
que se deben establecer reglas para el uso de los sellos personalizados,
empleados como "material límite", a fin de que no impere el
descontrol ni el libertinaje. Es obvio que no se puede ni se debe permitir el abuso
del empleo de este material en una colección competitiva. La razón más
evidente: porque cualquiera podría "construir" TODA una
colección, completita y sin grandes esfuerzos, solo mandando a hacer a su
medida los sellos que necesita. Algo que no tendría ningún sentido ya que
eliminaría el placer intelectual de dar "vida" a una colección,
producto del conocimiento, la inteligencia, y la creatividad. La colección,
forjada sobre la base de sellos personalizados estaría supeditada más que nada
a la capacidad económica del coleccionista. Algo así como una colección “a la
carta”. ¿Cómo juzgar entonces estas colecciones competitivas? ¿Cuáles serían
esos parámetros? ¿El del poder adquisitivo del coleccionista? No valdría la
pena dedicarle tiempo, esfuerzo y cariño a una afición tan entretenida, tan
edificante y tan valiosa como lo es la filatelia si solo nos atuviéramos al
"poderoso caballero, don dinero". Ya observamos con tristeza,
cómo cada día se va definiendo con mayor claridad una élite de colecciones competitivas
en donde pesan mucho las “rarezas”, lo cual la mayor parte del tiempo implica
“rascarse bastante el bolsillo”. Ello, añadido a otros factores de la vida
moderna, aleja cada vez más la filatelia del necesario intercambio
generacional.
En conclusión, el tema de los sellos personalizados es filón propicio
para la discusión, el intercambio de opiniones y tal vez, con suerte, para llegar
un día a unas conclusiones objetivas en que se tome en cuenta el horizonte que
se perfila para nuestro precioso pasatiempo en un mundo cada vez más
tecnológico y con menos jóvenes ansiosos de continuar nuestros pasos por la anchurosa
y excitante senda filatélica.
[1] En pro y en contra de los sellos personalizados se pueden consultar
artículos en el blog La Lupa
administrado por Francisco Piniella. El artículo “En defensa de los sellos personalizados” de Jesús
González, Presidente de FEFIEX que aparece en Norba Filatélica. “La estampilla o sello personalizado” de Gerardo López-Jurado publicado en AFITECOL y otros más en la Internet.
[2] Información extraída de Filaposta. Foro de Filatelia y Amistad.
Wiki Filatélico.
[3] CORREOS LANZA EL SELLO
PERSONALIZADO. Para
esta y demás citas en cursivas y entre
comillas, consultar el documento del correo español. www.correos.es/ss/Satellite/site/info_corporativa.../detalle_noticia
[4] Revisar en la Internet los reglamentos de la FIP en torno al tema
de las exposiciones competitivas, especialmente las DIRECTRICES PARA LA EVALUACIÓN DE
PARTICIPACIONES TEMÁTICAS. De ellas se extrajo el texto citado.
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