El sello falsificado es, sin duda, el peor enemigo del filatelista. No pocas aficiones se han perdido cuando un entusiasta descubre que esas estampillas que tanto le costaron conseguir, que veía como piezas clave de su colección, no pasaban de ser simples falsificaciones.
Aprender a distinguir lo falso de lo auténtico es, por eso, fundamental. Claro que en determinados casos habrá que recurrir a la mirada del experto e, incluso, a instrumental especializado; pero todo filatelista debe desarrollar la capacidad de, al menos, identificar aquello que puede hacer dudar sobre la autenticidad de una pieza.
Por eso, nos permitimos recomendar una página webe que reúne un valioso repertorio de piezas falsificadas de diferentes países, con imágenes y datos que permiten distinguir entre el sello falso y el auténtico.
A partir de hoy habrá un acceso permanente a esa página en la columna derecha de este blog. Lo interesados pueden acceder pulsando aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario