sábado, 23 de marzo de 2019

BISECADOS

Al menos en el Ecuador, se suele hablar de sellos bisectados, para referirse a los que en algunas ocasiones se utilizaron cortados, para que pagaran una tarifa equivalente a la mitad de su valor facial. Se trata, sin duda, de un anglicismo, porque la palabra correcta en castellano es bisecados (cortados por la mitad).

Hace poco nos referimos a un célebre sello bisecado, el conocido como Vineta, y a propósito de esa publicación, nuestro amigo panameño Agustín García de Paredes nos contó una interesante anécdota que le ocurrió al recibir cartas de un país que prefiere no identificar.

Cuando colocaba los sobres en agua para lavar las estampillas e incorporarlas a su colección, lo que flotaba en el líquido eran pedazos de estampillas, sellos bisecados y hasta "pentasecados" que, al parecer, alguien cortó cuidadosamente, reservándose las partes sin matasellos, para armar un rompecabezas que hacía pasar como una estampilla sin uso.

Cosas de la anti filatelia, dice Agustín: el correo defraudado y el filatelista con pedazos inservibles flotando en el agua.

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