En dos anteriores entregas nos referimos a los billetes emitidos por el Estado de Cartagena durante la Guerra de la Independencia sudamericana (ver MONEDAS Y BILLETES DE CARTAGENA y BILLETES DE CARTAGENA). Los billetes de Cartagena, sin embargo, no fueron los primeros emitidos en América del Sur; unos meses antes Venezuela, que había declarado su independencia el 5 de julio de 1811, resolvió emitir papel moneda para enfrentar las necesidades de la guerra con España.
Fue el 27 de agosto de 1811. El Congreso venezolano se basó en el ejemplo de los asignados franceses y aprobó la emisión de un millón de pesos en billetes de 1, 2, 4, 8 y 16 pesos fuertes. No había, sin embargo, un verdadero respaldo para la emisión, salvo las hipotéticas rentas nacionales.
Pese a la clara advertencia que tenía cada billete sobre la aplicación de la pena de muerte a los falsificadores, éstos no dejaron de trabajar, lo que hizo necesario modificar las características del papel moneda en nuevas impresiones. Los primeros billetes estuvieron firmados por Escio, Tovar y Blandín; los primeros que se imprimieron en 1812 tenían las firmas de Sata, Alustiza y Yarza mientras que Alustiza fue sustituido por Salicrup en una tercera impresión.
Los billetes se imprimieron utilizando planchas de madera, grabadas artesanalmente, en la imprenta de Juan Baillio y Luis Depech.
La primera república venezolana cayó el 25 de julio de 1812 con la capitulación de San Mateo y la entrada en Caracas del general español Domingo Monteverde, el 30 del mismo mes. Para entonces, los billetes venezolanos habían desatado un proceso inflacionario que solo se detuvo con la prohibición definitiva de su circulación, resuelta por el gobierno español el 2 de enero de 1813.
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