Con profunda pena comunicamos el fallecimiento de Giti Neuman y queremos, desde este espacio, hacer llegar nuestro abrazo de consuelo a su esposo, nuestro querido maestro y amigo, Georg Maier, a sus hijas Dani y Nikki, a sus nietos y bisnietos.
Sin duda, lo súbito e inesperado de la noticia hace que la sintamos como un golpe, pero el dolor sería el mismo sin importar las circunstancias, porque nace del desagarro que produce perder una presencia querida, del vacío que de algún modo tratarán de llenar nuestros recuerdos.
Porque Giti era uno de esos raros seres humanos capaces de iluminar con su presencia, con su inagotable actividad, con su entusiasmo, su alegría y su imborrable sonrisa.
Ecuatoriana nacida en Praga, sin duda fue eso de vivir su infancia en medio de una guerra, eso de conocer lo mejor y lo peor que puede dar el animal humano, lo que le dió la sabiduría necesaria para valorar la vida, para aprovecharla hasta el último, sin desechar incluso aquello que quienes hemos tenido la suerte de no conocer las posibilidades del horror, ignoramos o infravaloramos.
Artista de múltiples técnicas e infinidad de materiales, volcó en sus obras su experiencia vital. Ahí, en trazos, formas y colores está su vida y el mensaje de su vida; ahí, y en todo lo que de ella aprendimos y recibimos, está su legado y una razón poderosa para agradecer su paso por el mundo.
No nos despedimos, Giti, porque siempre estarás con nosotros.
Porque Giti era uno de esos raros seres humanos capaces de iluminar con su presencia, con su inagotable actividad, con su entusiasmo, su alegría y su imborrable sonrisa.
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| Giti Neuman (foto Teddy Suárez) |
Ecuatoriana nacida en Praga, sin duda fue eso de vivir su infancia en medio de una guerra, eso de conocer lo mejor y lo peor que puede dar el animal humano, lo que le dió la sabiduría necesaria para valorar la vida, para aprovecharla hasta el último, sin desechar incluso aquello que quienes hemos tenido la suerte de no conocer las posibilidades del horror, ignoramos o infravaloramos.
Artista de múltiples técnicas e infinidad de materiales, volcó en sus obras su experiencia vital. Ahí, en trazos, formas y colores está su vida y el mensaje de su vida; ahí, y en todo lo que de ella aprendimos y recibimos, está su legado y una razón poderosa para agradecer su paso por el mundo.
No nos despedimos, Giti, porque siempre estarás con nosotros.
Mi mas sentido pesame y condolencias a Georg y su familia.
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