Juan Pablo Aguilar Andrade
actualidadfilatelica@gmail.com
También hubo muestras claras de que la fiesta y el gusto por el deporte, es solo la fachada de un gran negocio ante el que se rinde hasta la potestad legislativa de los gobiernos: la FIFA consiguió una reforma legal, la llamada Ley Budweiser, para impedir que la "cerveza oficial de la Copa Mundial" se viera afectada por la prohibición de vender licor en los estadios.
Una vez más, la mascota escogida para la Copa del Mundo fue un animal, un armadillo de tres bandas al que se bautizó como Fuleco y que aparece en uno de los sellos de la hoja recuerdo emitida por Brasil el 21 de abril de 2014, para conmemorar el campeonato.
El mismo año, Brasil puso en circulación otras dos hojas conmemorativas, la primera el 30 de enero, dedicada a las doce sedes, y otra el 29 de abril: El Arte del Fútbol Brasileño.
2014 fue para Brasil no solo el año de su segunda Copa del Mundo, sino el del centenario de su selección nacional. Una emisión del 21 de julio de ese año, con tres estampillas se-tenant, conmemoró el acontecimiento.
Sudamérica estuvo representada en Brasil por la selección anfitriona y las de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay. Por el fútbol de Norte y Centroamérica y del Caribe, concurrieron Costa Rica, Estados Unidos, Honduras y México. Las selecciones africanas clasificadas fueron las de Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria. El fútbol asiático tuvo cuatro representantes: Australia, Corea del Sur, Irán y Japón. Oceanía (con Australia jugando por Asia) no consiguió ningún cupo, pues Nueva Zelanda fue derrotada por México en el repechaje. Las selecciones europeas fueron las de Alemania, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Croacia, España, Francia, Grecia, Holanda, Inglaterra, Italia, Portugal, Rusia y Suiza.
El 12 de junio se inauguró la Copa en San Pablo, con el partido entre Brasil y Croacia. Los locales ganaron por tres goles a uno, pero el primer gol del campeonato, el que convirtió el brasileño Mrcelo Vieira en su propia puerta, fue el primer anticipo de la tragedia.
Igual que cuatro años antes, los campeones reinantes pudieron jugar únicamente los tres partidos de la fase de grupos. En esta ocasión, el debut terminó con una apabullante derrota por cinco goles a uno ante Holanda, que fue seguida días después por otra de dos a cero frente a Chile. La victoria ante Australia, tres a cero, no fue suficiente para impedir que los españoles pierdan la Copa y deban regresar a casa.
Los italianos tampoco pudieron reivindicarse del fracaso en Sudáfrica. Las derrotas ante Costa Rica y Uruguay les relegaron al tercer lugar de su grupo, en el que la sorpresa la dio Costa Rica, que superó a los tres ex-campeones mundiales que le acompañaban: Inglaterra, Italia y Uruguay. En este grupo se produjo el episodio más comentado de la copa: el mordisco del uruguayo Luis Suárez en el hombro del defensor italiano Giorgio Chellini durante el partido que las dos selecciones disputaron el 24 de junio en Natal.
Ecuador, que cumplía su tercera participación mundialista, fue el único país sudamericano que no logró superar la fase de grupos, lo que no impidió que el Correo ecuatoriano rindiera homenaje a la selección nacional con una serie de dos estampillas y una mini hoja recuerdo, ambas emitidas el 18 de junio.
En los octavos de final, cuatro selecciones de las cinco sudamericanas debieron eliminarse entre sí; como resultado, en la siguiente fase solo estuvieron presentes tres países: Brasil, que eliminó a Chile; Colombia, que se impuso sobre los uruguayos; y Argentina, que superó a Suiza.
Tras los cuartos de final, dos selecciones sudamericanas, Argentina y Brasil, hicieron pensar en la posibilidad de una final sudamericana sesenta y cuatro años después del Maracanazo; para que ocurriera, Argentina debía superar a Holanda y Brasil a los alemanes.
Argentina hizo loa tarea, pero para los brasileños fue la hora de la catástrofe: siete goles alemanes contra uno de los locales, sepultaron el sueño de ganar la Copa en casa; unos días después, otra goleada, tres a cero ante Holanda, le negó a Brasil el premio consuelo del tercer puesto.
Cinco campeonatos del mundo son solo el punto más alto de la alegría que el fútbol le ha dado a los brasileños, cuya selección es la única que ha estado presente en todos los mundiales. Sin embargo, parece que esta alegría está atada a una maldición: no poder conseguir la Copa en casa, perder un título seguro en el Maracanazo y ser humillados con la goleada del Mineirazo.
Alemanes y argentinos se enfrentaron por tercera vez en una final; en esta ocasión, fue el 13 de junio, en el Maracaná. Alemania necesitó el tiempo suplementario para imponerse por la mínima diferencia a los sudamericanos, conseguir su cuarta Copa del Mundo y convertirse en la primera selección que gana por tres ocasiones la Copa FIFA. Fue también la única ocasión en que una selección europea conseguía el título en América.
El Correo alemán dio una muestra de confianza en su selección al tener listas cinco millones de estampillas para conmemorar el campeonato, que se pusieron en circulación a pocas horas de la victoria.
Tras la vigésima Copa del Mundo, Alemania se consagró no solo como el campeón, sino como el equipo más regular en la historia de los campeonatos, seguido de cerca por Brasil. Se lo puede ver con claridad en el cuadro siguiente, preparado por Alfonso Carrillo, que asigna a cada selección cuatro puntos por un campeonato, tres por un vicecampeonato, dos por el tercer lugar y uno por el cuarto.
El mismo año, Brasil puso en circulación otras dos hojas conmemorativas, la primera el 30 de enero, dedicada a las doce sedes, y otra el 29 de abril: El Arte del Fútbol Brasileño.
2014 fue para Brasil no solo el año de su segunda Copa del Mundo, sino el del centenario de su selección nacional. Una emisión del 21 de julio de ese año, con tres estampillas se-tenant, conmemoró el acontecimiento.
Sudamérica estuvo representada en Brasil por la selección anfitriona y las de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay. Por el fútbol de Norte y Centroamérica y del Caribe, concurrieron Costa Rica, Estados Unidos, Honduras y México. Las selecciones africanas clasificadas fueron las de Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria. El fútbol asiático tuvo cuatro representantes: Australia, Corea del Sur, Irán y Japón. Oceanía (con Australia jugando por Asia) no consiguió ningún cupo, pues Nueva Zelanda fue derrotada por México en el repechaje. Las selecciones europeas fueron las de Alemania, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Croacia, España, Francia, Grecia, Holanda, Inglaterra, Italia, Portugal, Rusia y Suiza.
Estampillas y hoja recuerdo del Ecuador, emitidas el 18 de junio, como homenaje a la participación de la selección nacional en Brasil 2014 |
Igual que cuatro años antes, los campeones reinantes pudieron jugar únicamente los tres partidos de la fase de grupos. En esta ocasión, el debut terminó con una apabullante derrota por cinco goles a uno ante Holanda, que fue seguida días después por otra de dos a cero frente a Chile. La victoria ante Australia, tres a cero, no fue suficiente para impedir que los españoles pierdan la Copa y deban regresar a casa.
Los italianos tampoco pudieron reivindicarse del fracaso en Sudáfrica. Las derrotas ante Costa Rica y Uruguay les relegaron al tercer lugar de su grupo, en el que la sorpresa la dio Costa Rica, que superó a los tres ex-campeones mundiales que le acompañaban: Inglaterra, Italia y Uruguay. En este grupo se produjo el episodio más comentado de la copa: el mordisco del uruguayo Luis Suárez en el hombro del defensor italiano Giorgio Chellini durante el partido que las dos selecciones disputaron el 24 de junio en Natal.
Ecuador, que cumplía su tercera participación mundialista, fue el único país sudamericano que no logró superar la fase de grupos, lo que no impidió que el Correo ecuatoriano rindiera homenaje a la selección nacional con una serie de dos estampillas y una mini hoja recuerdo, ambas emitidas el 18 de junio.
En los octavos de final, cuatro selecciones de las cinco sudamericanas debieron eliminarse entre sí; como resultado, en la siguiente fase solo estuvieron presentes tres países: Brasil, que eliminó a Chile; Colombia, que se impuso sobre los uruguayos; y Argentina, que superó a Suiza.
Tras los cuartos de final, dos selecciones sudamericanas, Argentina y Brasil, hicieron pensar en la posibilidad de una final sudamericana sesenta y cuatro años después del Maracanazo; para que ocurriera, Argentina debía superar a Holanda y Brasil a los alemanes.
Argentina hizo loa tarea, pero para los brasileños fue la hora de la catástrofe: siete goles alemanes contra uno de los locales, sepultaron el sueño de ganar la Copa en casa; unos días después, otra goleada, tres a cero ante Holanda, le negó a Brasil el premio consuelo del tercer puesto.
Cinco campeonatos del mundo son solo el punto más alto de la alegría que el fútbol le ha dado a los brasileños, cuya selección es la única que ha estado presente en todos los mundiales. Sin embargo, parece que esta alegría está atada a una maldición: no poder conseguir la Copa en casa, perder un título seguro en el Maracanazo y ser humillados con la goleada del Mineirazo.
Alemanes y argentinos se enfrentaron por tercera vez en una final; en esta ocasión, fue el 13 de junio, en el Maracaná. Alemania necesitó el tiempo suplementario para imponerse por la mínima diferencia a los sudamericanos, conseguir su cuarta Copa del Mundo y convertirse en la primera selección que gana por tres ocasiones la Copa FIFA. Fue también la única ocasión en que una selección europea conseguía el título en América.
El Correo alemán dio una muestra de confianza en su selección al tener listas cinco millones de estampillas para conmemorar el campeonato, que se pusieron en circulación a pocas horas de la victoria.
Tras la vigésima Copa del Mundo, Alemania se consagró no solo como el campeón, sino como el equipo más regular en la historia de los campeonatos, seguido de cerca por Brasil. Se lo puede ver con claridad en el cuadro siguiente, preparado por Alfonso Carrillo, que asigna a cada selección cuatro puntos por un campeonato, tres por un vicecampeonato, dos por el tercer lugar y uno por el cuarto.
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