Emanuele Campagnoli |
Entre el 10 y el 12 de septiembre de 1922, Emanuele Campagnoli, piloto de la Misión Militar Italiana en Ecuador, utilizó el hidroavión Macchi M18, donado por la Colonia China, para realizar un vuelo de Guayaquil a Esmeraldas, con escalas en Salinas y Manta, y regreso, transportando correo. Le acompañaron Ettore Lodi como observador y, como mecánico, Bruno Ceccovilli. Presentamos aquí el extracto del diario de bordo, que contiene los detalles de ese vuelo, y que fue publicado originalmente en la revistas el ejército ecuatoriano.
10 de septiembre de 1922
7.47 a.m. (hora de a bordo). Salida de Guayaquil, retardando noventa minutos la salida sobre la hora establecida, a causa del fuerte viento que soplaba. Cielo despejado.
8.20. El cielo se nubla y el viento, en este momento en que empezamos a avistar Posorja, se torna más veloz y nos obliga a bajar desde 600 a 200 metros. Como crecen las ráfagas en intensidad y el mar está agitadísimo nos consultamos para decidir el regreso, pero, a pesar del mal tiempo resolvemos seguir para no defraudar los anehlos de los habitantes de Manta y Esmeraldas.
9.10. Adelantando fatigosamente por las ráfagas pasamos sobre Chanduy.
9.27. Aguarizamos en La Carolina (Salinas).
11.30. Partimos para Manta, después de entregar la valija de correos. Las nubes están bajas y nos obligan a marchar a 200 metros de altura. El viento en forma de fuertes ráfagas nos azota casi a favor.
11.45. Pasamos sobre la Isla de Pelado.
12 m. Pasamos sobre la Isla de los Ahorcados.
12,30 m. Pasamos sobre el Cabo de San Lorenzo.
Ettore Lodi |
12.38. Aguarizamos en el Puerto de Manta, donde las autoridades y el pueblo nos acogen entusiastamente. Las condiciones atomosféricas siempre malas nos aconsejan quedarnos a pasar la noche en Manta para continuar mañana el viaje.
11 de setiembre
7.48 a.m. Salimos de Manta arrojando mensajes de agradecimiento a las Autoridades y a la población. Fuertes ráfagas de viento. Nubes densas. Se marcha a 400 metros de altura.
8.17. Pasamos sobre Bahía y bajamos a pocos metros sobre las casas para arrojar el Correo y un Mensaje de Saludo.
9.10. A la altura de la Isla de Cojimíes el viento es fortísimo y en el mar hay tempestad. Precisamente aquí el motor falla por breves instantes, pero después continúa funcionando regularmente con gran satisfacción.
9.20. Nos encontramos a la altura del Cabo San Francisco. Termina la tempestad en el mar, el cual, sin embargo, está tan agitado que sería imposible aguarizar.
9.45. Pasamos Punta Gorda.
9.50. Aguarizamos frente a las casas de Esmeraldas donde el río es mansísimo y muy adecuado en el verano, para descender. Inolvidables recepciones de las autoridades y la población.
12 de setiembre
7.17 a.m. Recibido el correo para Manta, Salinas y Guayaquil, salimos de Esmeraldas. Cielo nublado. Viento débil.
7.25. Empiezan otra vez fuertes ráfagas de viento.
7.35. Bahía de San Francisco. Comienza a llover.
En el muelle, ante el hidroavión Machi M18, de izquierda a derecha, Ceccovilli, Campagnoli y Lodi |
8. Mompiche. Continúa molestándonos la lluvia persistente.
8.33. Pedernales. Por fin acaba la lluvia. Nubes a 400 metros. Viento continuo. Mar agitado.
9.37. Aguarizamos en Manta, en cuya bahía el mar es muy manso.
11.06. Salimos de Manta después de revisar el motor y recibir el correo para Guayaquil Cielo despejado. Viento intenso. Las tijeretas son pájaros muy peligrosos, para los aparatos, porque al contrario de las otras aves que escapan solo al oír el ruido del motor, éstas se acercan curiosamente al hidroavión. El piloto, prudentemente, tiene muchas veces que apagar el motor y bajar de altura, evitar algún choque que sería muy peligroso.
Llegada a Guayaquil, después del vuelo por la costa ecuatoriana |
12.30 p.m. Aguarizamos en la Carolina (Salinas) donde felicitamos al señor Juan de Dios Lecaro Rubira, porque la gasolina de su fabricación ha permitido efectuar el raid sin inconvenientes.
4.06. Salimos para Guayaquil y como está el cielo despejado podemos subir hasta 1.500 metros, donde hay poco viento. Pasamos sobre Playas donde arrojamos mensajes de saludo para la población y llegamos a la vista de Guayaquil.
5.22. Aguarizamos en Durán (Campo de Aviación "El Cóndor") después de haber recorrido entre ida y regreso 1.300 kilómetros. El motor marchó siempre con regularidad y el aparato demostró ampliamente sus buenas condiciones de vuelo. Probamos con magnífico resultado la gasolina de la Refinería Nacional del señor Lecaro Rubira.
Excelente artículo, gracias por compartir.
ResponderEliminarExcelente relato de los tripulantes, es como viajar en el tiempo mientras sigues la narracion, felicitaciones y muchas gracias x compartir
ResponderEliminarEs un viaje en el tiempo mientras se lee el relato/bitácora de este viaje de 1.300 kms, felicitaciones y gracias x compartir
ResponderEliminar