domingo, 7 de marzo de 2021

LA FILATELIA SOBREVIVIRÁ A LA PANDEMIA

Raúl Gallegos

Hace algunos años, acordé una cita con un colega coleccionista de filatelia chilena, la idea era intercambiar. Yo le entregaría un pliego de una serie de sellos relativamente modernos y él, a cambio, me retribuiría con una variedad de un sello clásico, que a mi me faltaba. El sitio de encuentro fue en la calle Pedro de Valdivia, cercano a la intersección con Providencia; era una mañana fría y seca, de esas típicas del invierno santiaguino. Una vez concretado el intercambio y justo antes de despedirnos, después de haber comentado nuestras nuevas piezas; mi amigo me preguntó con cierta angustia: "Oye, y tú: ¿Cómo vez la filatelia, de aquí a futuro? Yo lo miré como confundido, intentando dilucidar el sentido de su pregunta y entonces el complementó: "ósea, me refiero a si crees que valga la pena, porque veo cada vez menos interés".

Este pequeño recuerdo se me presentó hace algunos días y surgió en contraste con el ánimo que me transmitía otra persona, con quien conversaba, ambos detrás de nuestras mascarillas y en torno a la filatelia. Este último se encontraba muy entusiasmado y sacaba su teléfono del bolsillo para mostrarme fotos del avance de su colección. Al mismo tiempo, me comentaba sobre los intereses de otros coleccionistas, por lo demás, nuevos amigos y con quienes había desarrollado gran confianza en los últimos meses, a pesar de no conocerlos en persona aún. Me hablaba de comerciantes, nuevas adquisiciones, intercambios y un sin fin de actividad filatélica, propiciada principalmente y al menos, en un principio por la red (internet).
Que diferencia!!.. respecto a la sensación con mi antiguo amigo y por cierto, que alegría me produjo este último colega.
En pocos años, quizás desde el momento del recuerdo evocado, en 2015 y mediante el uso de las tecnologías, mi percepción personal; es que los coleccionistas se han encontrado, se han congregado y comienzan a construir un bonito futuro para sus aficiones. Todo lo anterior, a pesar, de las dificultades del año recién pasado y las presentes o quizás a raíz de ello, no está claro; pero, el fenómeno, pienso; ha consistido en retomar las colecciones, continuar aquello que nos da ilusión, ordenar, organizar, pasar tiempo en sana soledad, compartir en conjunto y buscar el sentido en aquello que nos parece hermoso.
Ejemplos de un futuro auspicioso para la actividad filatélica y el coleccionismo hay varios. Últimamente se han realizado encuentros virtuales periódicos entre coleccionistas, con charlas de gran calidad; las redes sociales mantienen actividad en todo momento y personalmente, creo, que se han convertido en un espacio en donde las personas se comportan bien y se tratan con respeto. Si bien hay incidentes aislados, son muy poco frecuentes, y la actividad se centra en el tema de interés, se aprende y si se puede se enseña lo poco o mucho que se sepa, porque aquí caben legos, intermedios y expertos. Los grupos de mensajería electrónica también han servido para reunir a coleccionistas que intercambian, venden o compran; y otras muchas veces, se ayudan; por ejemplo: comprando algún lotecito o pliego de valor elevado entre varios y después lo reparten.
En fin, creo que la Filatelia y el coleccionismo van por buen camino, incluso sorprendentemente mejor camino que hace un par de años y superará estos tiempos difíciles, porque quien colecciona cultiva el hábito de la esperanza y mantiene viva esa esperanza a su alrededor.

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