Juan Pablo Aguilar Andrade
actualidadfilatelica@gmail.com
La estampilla de 4 peniques de la serie de tres valores emitida por Gran Bretaña para conmemorar la Copa de 1966 |
Ya antes del Mundial de Chile, en el
congreso de la FIFA reunido en Roma en 1960, se había decidido que el turno
europeo para organizar la Copa del año 1966 fuera asumido por Inglaterra. Por
34 votos a 27, los inventores del fútbol se impusieron sobre Alemania y, al
parecer, la presencia de un inglés en la presidencia de la FIFA fue decisiva
para ello.
En los años previos al Mundial de 1966,
las emisiones postales dedicadas al fútbol se hicieron habituales. En 1965, una
veintena de países puso en circulación estampillas con motivos futbolísticos,
entre ellos Ecuador, que ilustró por primera vez sus sellos con jugadores de
fútbol en dos de las estampillas de la serie conmemorativa de los V Juegos
Deportivos Nacionales (Scott 740 y 743); la emisión incluyó una hoja recuerdo,
en la que se reproducen todas las estampillas de la serie (Scott C440a).
Unos años antes, sin embargo, hubo ya un
sello que, si bien no estaba directamente dedicado al fútbol, contenía un
elemento futbolístico: en la serie de 1962, con imágenes de las obras del
gobierno del presidente Camilo Ponce Enríquez, la estampilla de ochenta
centavos (Scott 689), muestra una vista aérea del colegio Aguirre Abad, de Guayaquil,
en la que aparece una cancha de fútbol.
En la fase clasificatoria para el Mundial
de Inglaterra se hizo evidente que había llegado la hora de modificar las
reglas de la FIFA, para dar espacio al fútbol africano y al asiático. Conforme
lo previsto, las selecciones africanas debían disputar un campeonato
continental, cuyo ganador jugaría por la clasificación con la selección
triunfadora de la zona de Asia y Oceanía; pero los africanos reclamaron un
espacio propio y se retiraron de la competición, siendo apoyados por Corea del
Sur, que también se retiró del Campeonato. Sudáfrica, que no se sumó al boicot
africano, fue excluida, como rechazo a su política de apartheid, por lo que el
cupo para los tres continentes se definió en una liguilla en la que solo
participaron Corea del Norte y Australia. Ganaron los coreanos, pero estuvieron
a punto de no participar porque los ingleses, debido a razones políticas, se
negaron durante algún tiempo a conceder visa a los jugadores.
En Europa, nueve cupos se disputaron entre
treinta y cinco equipos, siendo los clasificados Alemania Federal, Bulgaria,
España, Francia, Hungría, Italia, Portugal, Suiza y la Unión Soviética.
Para Sudamérica se asignaron tres plazas.
Ecuador, en su segunda eliminatoria, estuvo a punto de clasificar; jugó contra
Chile y Colombia y empató en el primer lugar con el primero, pero con un menor
gol diferencia. Los otros clasificados fueron Argentina y Uruguay.
Ecuador. Emisión conmemorativa de los V Juegos Bolivarianos. Estas dos estampillas de la serie de doce valores fueron las primeras dedicadas al fútbol |
El otro equipo americano fue México, que
obtuvo el cupo por Norte, Centroamérica y El Caribe, en una liguilla final ante
Costa Rica y Jamaica.
El 1 de junio de 1966, poco más de un mes
antes del inicio del Campeonato, el Correo británico lo conmemoró con una serie
de tres sellos (Scott 458-460), que se emitieron también en papel con fosforescencia
(Scott 458p-460p). En el sello de 6 peniques hay variedades derivadas de la
omisión de uno de los colores del sello (negro, amarillo o rojo); lo mismo
ocurre con la estampilla de un chelín y tres peniques, en la que existe una
variedad sin el color azul.
Sobre franqueado con las estampillas británicas conmemorativas de la Copa de 1966 y una etiqueta con la imagen de Willie, la mascota del torneo |
La Copa de 1966 presentó, como parte de su
aparato publicitario, una mascota: Willie, un león en cuya camisa estaba
dibujada la bandera británica (no la inglesa). A partir de entonces, la mascota
se convirtió en elemento indispensable de todos los mundiales de fútbol.
El Mundial de Inglaterra vio la
multiplicación de las emisiones filatélicas dedicadas al torneo y falta espacio
para reseñarlas. Hay que destacar, sin embargo, que esta fue la primera ocasión
en que se puso a la venta una serie de las conocidas como “ómnibus”, esto es,
de aquellas que con un motivo común emiten diferentes países, en este caso, veintiuno
de la Comunidad Británica de Naciones, a los que se debieron otras tantas
series de dos valores cada una, con la imagen de la Copa Jules Rimet y las
piernas de un jugador que conduce un balón.
Las dos estampillas que completan la serie británica conmemorativa del Campeonato Mundial de Fútbol de 1966 |
El campeonato se jugó entre el 11 y el 30
de julio de 1966 y, desde un inicio, se hizo presente el malestar de los
participantes por una organización que favorecía claramente a los anfitriones;
el calendario, por ejemplo, permitía a los ingleses más días de descanso entre
partidos, que los que tenían otras selecciones.
Conforme las reglas de la época, la
selección que se coronara campeona por tres ocasiones se convertiría en la
dueña definitiva del trofeo Jules Rimet. Hasta entonces, dos selecciones
americanas, Brasil y Uruguay, y dos europeas, Italia y Alemania, habían
obtenido el título, esta última en una oportunidad y las otras tres dos veces
cada una. Todas estuvieron presentes en el Mundial de Inglaterra, pero Brasil e
Italia no sobrevivieron a la fase de grupos.
El sello de Antigua, de la serie común emitida por la Comunidad Británica de Naciones, conmemorativo del Campeonato de 1966 |
Sospechosamente, en todos los partidos de
los brasileños (que por otra parte jugaban en el “grupo de la muerte”) el
arbitraje estuvo a cargo de británicos, y los jugadores de la selección
reinante fueron víctimas de un juego brusco que los árbitros se negaron a ver;
solo pudieron ganar el partido frente a Bulgaria y perdieron con Hungría y
Portugal.
Italia había ganado su primer partido
frente a Chile y perdido el segundo, con la Unión Soviética. El tercer partido,
contra la debutante Corea del Norte, parecía fácil, pero un sorpresivo gol de
Pak Doo Ik, un dentista y militar de Pyongyang, que jugaba al fútbol en sus
ratos libres, obligó a que los ex-campeones adelanten su viaje de regreso. Los
coreanos, por el contrario, tuvieron que cambiar sus reservas para postergar el
retorno y buscar un hospedaje del que carecían, porque ante la seguridad de no
pasar a la siguiente fase, tenían todo listo para volver a su país.
Eusebio, "La Pantera Negra de Mozambique", goleador del Mundial de 1966 |
Ante el sorpresivo paso a cuartos de
final, el gobierno coreano seleccionó a doce personas para que, con los gastos
pagados, viajen a Inglaterra y alienten al equipo. Pese a la hinchada oficial,
Corea del Norte no fue más allá de los cuartos de final: aunque convirtió los
tres primeros goles del partido, cayó derrotada por cinco a tres ante la
sensación del Campeonato, el Portugal de Eusebio, la “Pantera Negra de Mozambique”,
que sería el goleador del torneo.
Uruguay logró superar la fase de grupos,
pero cayó por cuatro a cero en el partido de cuartos de final ante la Alemania
Federal. El mismo día, la otra selección sudamericana, Argentina, fue eliminada
por los anfitriones que la superaron por un gol a cero. Se dice que hubo
irregularidades en el sorteo de los árbitros y los resultados de los dos
partidos fueron cuestionados, en el caso del juego entre Alemania y Uruguay,
dos expulsiones y un penal no sancionado, y en el de Argentina e Inglaterra,
una expulsión y un gol en posición adelantada.
Instaladas en las semifinales después de
los sospechosos arbitrajes, tanto Alemania como Inglaterra derrotaron a sus
rivales, la Unión Soviética y Portugal, respectivamente, y se convirtieron en
finalistas.
El 28 de julio, Portugal consiguió el
tercer puesto al derrotar por dos goles a uno a la Unión Soviética y, dos días
después, el 30 de julio, se jugó la final en Wembley, ante cerca de 98.000
espectadores. Si bien los dueños de casa derrotaron a los alemanes por cuatro
goles a dos, tampoco se puede hablar de un triunfo incuestionable. El partido,
empatado a dos tantos, requirió y alargue; durante el primer tiempo
suplementario, un tiro de Geoffrey Hurst se estrelló contra el horizontal y pegó
en el piso, antes de la línea de meta, pero el árbitro concedió el gol. Ya
sobre el final, Hurst convirtió el cuarto gol mientras la cancha era invadida
por el público.
Los inventores del fútbol consiguieron así
su único campeonato mundial. ¿La historia hubiera sido la misma sin las ayudas
recibidas? Alf Ramsey, entrenador inglés, declaró que no tenía duda del
resultado, porque confiaba en el apoyo del presidente de la FIFA, el inglés
Stanley Rous, y sus colaboradores.
El comentario de Max Marquis, de la BBC,
lo dice todo: “…podrán decir que ganamos porque teníamos el público a nuestro
favor, que Alemania era mejor, que Portugal mereció llevarse la Copa, que le
ganamos a la Argentina con la ayuda del árbitro … Admito cualquier opinión,
pero lo que no acepto es discusión alguna en torno a los merecimientos ingleses
en función de los esfuerzos y sacrificios realizados …”.
El 18 de agosto de 1966, el Correo británico festejó el triunfo con una emisión que fue el resultado de resellas las palabras "ENGLAND WINNERS", en la estampilla de cuatro peniques de la serie conmemorativa de la Copa (Scott 465).
Nesta copa o jogador portugues Euzébio arrebentou/machucou o nosso Pelé que teve que de ser substituído por Amarildo. Foi uma covardia.
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