lunes, 28 de septiembre de 2020

LA VANIDAD DE UN DIRECTOR DE CORREOS

La colonia británica de Nueva Brunswick, ubicada al sureste de Canadá, se integró a este país a partir de 1867; antes que eso ocurra, emitía sus propias estampillas, siendo la primera serie una con cuatro sellos romboidales con las corona británica y las flores heráldicas del Reino Unido, con valores faciales según el sistema monetario británico. Este último fue reemplazado por el sistema decimal en 1860 y, como consecuencia de ello, debieron emitirse nuevos sellos postales que sustituyeran los chelines por los centavos.

Charles Connell (1810-1873) era por ese entonces Director de Correos de la colonia y contrató con la American Bank Note Company la impresión de las nuevas estampillas. Una locomotora y un barco fueron las imágenes utilizadas para dos de los sellos de la serie, mientras que para los otros se escogieron los retratos de la reina Victoria, del príncipe de Gales y, vanidad obliga, del Director de Correos de Nueva Brunswick, el propio Conell.

La serie se emitió, pero el sello de 5 centavos con el retrato de de Conell, del que se habían hecho cinco mil ejemplares, nunca entró en circulación. El vanidoso atrevimiento del Director de Correos generó un escándalo que le obligó a guardarse sus estampillas y, según se dice, quemarlas en el patio de su casa luego de pagar por ellas, aunque no hay evidencia de este pago. Esto, sin embargo, no fue suficiente, y Conell tuvo que renunciar a su cargo.

Pero como ocurre normalmente, unos pocos ejemplares se salvaron del fuego, no sabemos exactamente cuántos, y se convirtieron en una rareza filatélica de la que, obviamente, se han hecho también falsificaciones.

Qué fue de Conell. El escándalo no acabó con su vida política. fue miembro del Consejo Ejecutivo de Nueva Brunswick y Agrimensor General entre 1866 y 1867. Partidario de la creación de la Confederación Canadiense, fue miembro del parlamento en las dos primeras legislaturas del nuevo estado.

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