Marcela Díaz Cabal
Hoy me siento como si me hubiera pasado un tren por encima. El miércoles, 10 de agosto, murió el único hermano de mi mamá; tío y padrino muy querido. Ese mismo día, perdí a mi gran amigo Luiz Paulo.
No hay palabras que puedan expresar mi tristeza.
No solo era Luiz Paulo un excelente filatelista, un ferviente apasionado e impulsor de la hermosa afición que nos unía, sino muy especialmente una gran persona. Aunque lo conocí apenas en el 2012 a raíz del primer congreso de filatelia temática, en Costa Rica, tal vez por ser ambos docentes y de la misma edad, nos hicimos amigos de una vez. Y esos lazos amicales se fortalecieron a través de las múltiples cartas que nos enviábamos y de la complicidad en las anécdotas y comentarios de nuestro universo filatélico.
Luiz Paulo durante su última visita a Quito, en 2015. Le acompañan Alberto Jiménez, Ricardo Boizard, Diana Jiménez y Marcela Díaz Cabal |
La filatelia del continente americano está de duelo. A él le debemos mucho, tanto que no tendremos con qué pagárselo excepto siendo mejores cada día. Olvidando rencillas y viejos rencores para caminar hacia el futuro con la fe en que la filatelia nos traerá la paz y la concordia que tanto necesitamos. Un fraternal abrazo desde lo más profundo de mi corazón a su esposa e hijos. "Dios no abandona a sus criaturas" me dijo hace poco. Estoy segura de que ya su alma vive en el amor del Creador y en los recuerdos de quienes lo quisimos y admiramos.
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