viernes, 8 de diciembre de 2023

LA ÚLTIMA ESTAMPILLA QUE FALTABA PARA COMPLETAR EL MARQUITO

Luis Carlo Paredes

NOTA DEL EDITOR: Nuestro querido amigo Luis Carlo ha publicado en su blog, Apuntes Dr. Luis Carlo, una hermosa nota a propósito de la constante búsqueda de lo sellos que nos faltan, en la que andamos los filatelistas. En este caso, el suceso que cuenta Luis tiene como protagonista al editor de este blog y, por eso, nos atrevemos a reproducir su primera parte, para que los interesados continúen la lectura en la fuente original.


Todos cuando fuimos chicos hicimos alguna vez algún álbum de cualquier motivo. Un momento especial en ese entonces era tener en nuestras manos el último cromo con el cual se completaba el álbum. En filatelia seria ya eso no se aplica. Cuando creemos que hemos completado un país, vamos al siguiente nivel y nos especializamos y ahí completar la colección se hace muy difícil o casi imposible. Lo que sí se puede es completar todos los errores, variedades, historia postal de una o una serie pequeña de emisiones relacionadas.

Esto último le pasó a nuestro amigo Juan Pablo Aguilar que se encontraba preparando un marco de exposición en un tema del cual él es especialista: Sobretasas postales, y en una parte de las mismas las que corresponden al impuesto a las oficinas postales (1920-1950). Ya estaba todo casi listo. Después de algunos años de conseguir muy interesante material, faltaba la cereza del pastel.

Se trataba de la estampilla que no fue emitida correspondiente a la Casa de Correos de Guayaquil, la que posteriormente fue sobresellada . Ya en una conferencia previa Juan Pablo nos había ilustrado del grado de rareza de esta estampilla de la que se conocían solo dos ejemplares nuevos que no estaban en su colección. (Se puede ver la parte correspondiente a su conferencia Sobretasas postales - Segunda parte VER).

Es así que después de su conferencia el ansiado día llegó en una subasta del Club Filatélico Guayaquil donde se ofertaba la estampilla en mención, pero usada, lo que la hacía aún mas rara todavía. Juan Pablo estuvo dispuesto a botar la casa por la ventana por la ansiada estampilla, pero a pesar de que ese día hubo puja, los otros interesados no fueron agresivos y la pieza se consiguió en un precio razonable. Mi opinión es que casi se la regalaron. 

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